Apunte de Juangui: Los Toros Que Nadie Merecía

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Redacción: Juan Guillermo Palacio – Foto: Cormanizales

Manizales – Colombia. A un cartel con dos toreros artistas, uno de ellos figura del escalafón que hacía su fiesta de despedida, y otro declarado el torero más destacado de toda la temporada, la actual gran ilusión del mundo del toro, le correspondió el peor encierro que puede echarse en una plaza.

No los merecían los toreros, especialmente el Cid. Ni la empresa, la que más estrategias de crecimiento implementa en Colombia. Ni los criadores y su abolengo. Ni la docena de mil aficionados que adquirieron la boleta. No se lo merecía la ciudad, ni la fiesta misma.

Uno a uno desfilaron los ocho altiricones, descastados y huidizos toros de Dosgutiérrez. Buscaron tablas, levantaron su cabeza, de por sí alta, lanzaron topetazos y tiraron al aire a banderilleros, uno de ellos herido en el gemelo y fracturado en el peroné. Otro, el sexto, saltó dos veces al callejón con clara intención de volarse sin pagar y crear confusión.

Con semejante sequía, las verónicas cargadas y perfumadas de Emilio de Justo, sus chicuelinas edulcoradas, la brega sólida y la estocada al volapié que le aplaudiría Costillares, perdieron valor. También las buenas varas de Efraín Ospina y Édgar Arandia y la brega del veterano Curro Robles.

La fiesta se manifiesta esta vez con aridez. La bravura de una dehesa que alguna vez espantó a Palomo y que encumbró a Cáceres, a Gabriel de la Casa, Pedro Domingo, Manolo González y a Álvaro Domecq en dos corridas el mismo día hace casi cincuenta años, es historia. Su nueva apuesta, refrescar con la sangre dócil de sus primos exitosos, los hijos del tío Ernesto Gutiérrez, se derrumbó en la puerta del laboratorio.

El Cid, como él mismo lo manifestó, pudo apenas dar tres muletazos. De Justo enamoró con algunas presiones al atomizador del perfume de su tauromaquia. Y David Martínez, torero colombiano en formación, se la jugó en banderillas y tuvo el buen gesto de sacarle dos series ligadas a media altura en los medios a su primer bicho, aunque no sabe matar.

Nadie la va a querer recordar. Al Cid se le escaparon unas lágrimas por tener que decir adiós en esas condiciones. Martínez se retiró cabizbajo y en silencio. Y Emilio de Justo quedó desvencijado en las tablas con la misma mirada perdida que tuvo Manolete en la Santamaría de Bogotá y que eternizó con su cámara Rolleiflex el viejo Manuel Hache.

En el programa taurino de Caracol Radio, El Cid anunció que quiere volver a Manizales en esta o en la próxima temporada, para decir adiós como es debido, en una corrida que todos merezcamos.

Síntesis del Festejo:

64ª Feria de Manizales. Segunda corrida. Lunes 7 de enero del 2019. Tarde plomiza con momentos de llovizna. Tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Dosgutiérrez (Murube y Santa Coloma): altos de agujas, algunos con cara, otros recogidos de cuerna. Parado el de los recortadores, los otros buscaron tablas, toreros y la puerta de salida. El octavo fue devuelto por su insistencia de saltar el callejón. Todos fueron pitados en el arrastre. Manuel Jesús “El Cid”: palmas y saludo fraternal desde el tercio. Emilio de Justo (debutante): saludo y silencio tras aviso. David Martínez: 2 avisos y silencio. Actuaron también los recortadores Use, Padranas, Peque y Gundi, aplaudidos. Incidencia: Resultó herido el banderillero español Manuel Ordero con cornada en el gemelo y fractura en el peroné.

La feria continúa hoy martes con reses de Paispamba (encaste Domecq línea Torrestrella) para los novilleros Andrés Bedoya, Gitanillo de América hijo y Sebastián Hernández.

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