El Juli indulta a ‘Corchero’ de Garcigrande en Jerez

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ROMÁN RÍOS EFE

El torero madrileño cuaja una gran faena e indulta al noble y enclasado toro de la divisa salmantina.

Redacción: www.elmundo.es

La corrida de Garcigrande, muy en el límite de presentación, se dejó a medias. Con las fuerzas justas y un punto de mansedumbre que le hizo buscar los terrenos de nadie, fue de las que deja estar tranquilos a toreros expertos.

El regreso de Rivera Ordoñez no tuvo eco en el que abrió plaza. El toro fue manso, el viento molestó mucho y la faena se desarrolló muy cerca de las tablas. Además, el de Garcigrande se cerró conforme avanzaba la lidia. Hubo derechazos limpios en una labor que no alcanzó mayor relieve. Francisco estuvo fácil y no le llegó el agua al cuello.

Con el cuarto no hubo entendimiento. El toro tenía algo de genio y rebañó por arriba al final de los pases. Estuvo prolijo con indudable voluntad, trató de atemperar y templar, aunque no llegó a acoplarse con el animal. Se mostró fácil con la espada.

El segundo fue un toro sufridor. Recibió dos puyazos, -el segundo en el reserva- se dio una costalada tremenda y chocó contra las tablas al reclamo de los banderilleros. No había ninguna esperanza de labor brillante por parte de Morante. Pero el animal sacó nobleza y Morante sacó casta. Casta y calidad en los muletazos ceñidos por la derecha y duende en los adornos, como un molinete, la trincherilla y el de la firma. Todo se fue al traste con la espada.

La sinfonía, inacabada e incompleta, llegó en el quinto. Además de ser muy chico el toro y poco colaborador con el artista, Morante se sentó en el estribo y se salió con él con hermosos muletazos. No embistió el toro más que a cuentagotas, lo suficiente para que quedara desgranada una sucesión de muletazos perfectos, aunque también hubo enganchones. Fue una obra humana que la plaza recibió con alborozo. Lo mejor fue el talante del torero. Fue buena su calidad torera, sobre todo algunos naturales sublimes que quedaron grabados, una vez más, sobre el albero del coso jerezano. La estocada dio paso al doble trofeo.

El Juli entendió a la perfección al gazapón tercero. Le buscó la distancia y templó en derechazos y naturales con suficiencia. Sacó agua de un pozo medio seco, aunque para ello alargó la faena más de la cuenta.

La feria acabó con otro toro escurrido al que El Juli toreó a placer. No estaba sobrado de fuerzas. El comienzo fue brutal con dobladas por bajo que hicieron saltar al tendido. A partir de ahí, toreo al natural ligado y derechazos, casi circulares, de muleta muy baja. Rugía la plaza. El Juli enjaretó naturales y uno de pecho de máxima duración. Con los circulares por derecho e invertidos llegó la locura. La plaza pidió el indulto, El Juli lo forzó y el presidente mandó un aviso pero no pudo frenar la alegría y sacó el pañuelo naranja. El toro Corchero, nº 42, de 460 kilos, volvió a los corrales. Un exceso desde todo punto de vista.

GARCIGRANDE Y DOMINGO HERNÁNDEZ

Plaza de toros de Jerez, 18 de mayo de 2019. 3ª de feria. Tres cuartos de plaza. Tres toros de Garcigrande y tres de Domingo Hernández, terciados, escasos de raza y nobles. Mansos, el 1º y el 2º; noble y gazapón, el 3º; con genio el 4º; reservón, el noble 5º; noble y justo de fuerzas, el 6º, fue indultado.

Rivera Ordóñezde azul marino y oro. Estocada trasera (silencio). En el cuarto, estocada corta perpendicular (silencio)

Morante de la Puebla, de purísima y azabache. Tres pinchazos y estocada caída (saludos). En el quinto, estocada (dos orejas).

El Juli, de azul noche y oro. Pinchazo y estocada muy pasada (una oreja tras aviso). En el sexto, (dos orejas y rabo simbólicos tras aviso).

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