Semana Tres de San Isidro: Resplandor Taurino

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Una feria taurina repleta de triunfos memorables, originalidad deslumbrante y emociones encontradas, donde el arte del toreo se erige como protagonista indiscutible y los sueños de novilleros y figuras se entrelazan en el ruedo de Las Ventas.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/  –  Web Aliada

Arbeláez – Colombia. En un vibrante despliegue de talento y pasión taurina, Las Ventas fue testigo de actuaciones memorables que dejaron una huella imborrable en la Feria de San Isidro. Desde la triunfal salida por la Puerta Grande de Jarocho, elevando a la Escuela de Tauromaquia José Cubero ‘Yiyo’ a nuevas alturas, hasta la originalidad de David Galván y la elegancia de Alejandro Talavante, cada torero dejó una marca indeleble en el ruedo madrileño. La faena poderosa de Andrés Roca Rey y la destacada confirmación de alternativa de Christian Parejo, a pesar de los desafíos, completaron una serie de eventos que celebraron la maestría y el arte del toreo en su máxima expresión.

Jarocho conquista Las Ventas y lleva a la Escuela Taurina a lo más alto

En una tarde memorable en Las Ventas, Jarocho logró lo que cualquier novillero sueña: salir por la Puerta Grande. Su toreo al natural, con tres tandas de naturales que dejaron al público boquiabierto, devolvió el sentido de la medida a Madrid. Los más de cien jóvenes de la Escuela de Tauromaquia José Cubero ‘Yiyo’ saltaron al ruedo para sacarlo en hombros, celebrando no solo su triunfo, sino también la realización de sus propios sueños.

Jarocho mostró una maestría en el ruedo que pocas veces se ve. Frente al sexto novillo de Fuente Ymbro, con un concepto de toreo de sabor añejo y toreras formas, Jarocho toreó de frente, cargando la suerte y ejecutando cada movimiento con una precisión asombrosa. Madrid rugió como pocas veces, reconociendo el arte y la magia que emanaban de su muleta. Tras una estocada impecable, paseó las dos orejas, consagrando su tarde con un triunfo rotundo.

Alejandro Peñaranda también tuvo una actuación destacada, cortando una oreja al cuarto novillo y confirmando que está cerca de dar el salto a un escalafón superior. Su toreo templado y de largo trazo, junto a una estocada precisa, le valieron el reconocimiento del público.

Por su parte, Ismael Martín, con una aza y disposición admirables, consiguió imponerse a un lote complicado y cortó una oreja tras una faena de estética antigua y una estocada fulminante.

La tarde fue un triunfo no solo para Jarocho, sino para toda la Escuela de Tauromaquia José Cubero ‘Yiyo’. Los jóvenes novilleros celebraron juntos, unidos por el sueño de ver a uno de los suyos conquistar Madrid con un toreo al natural que quedará en la memoria de todos los asistentes.

David Galván Brilla con Originalidad en la Feria de San Isidro

La Feria de San Isidro vivió una tarde memorable con la destacada actuación de David Galván, cuyo toreo marcado por la originalidad y la personalidad se situó en la cresta de la feria. Galván no se limitó a lo convencional, sino que imprimió su propio sello con una faena al paso, de velocidad reducida y exquisito pulso, manejando embestidas de justo embroque y menos celo. Su toreo se caracterizó por la ausencia de previsibilidad, con muletazos genuflexos, remates por abajo y varias series de toreo vertical y encajado, lo que le valió una oreja en una tarde importante.

La corrida de El Torero presentó una escalera en cuanto a hechuras y cuerpos, siendo el quinto el más armónico y el de mejor juego. Álvaro Lorenzo ofreció muletazos sueltos, pero sin la rotundidad necesaria, mientras que Ángel Téllez sufrió dos volteretas con toros que tampoco dieron mucho de sí.

El cuarto toro, feo de hechuras, marcó siempre su querencia hacia los adentros. Manso sin paliativos, exigió a Juan Carlos Rey en banderillas, quien completó una buena tarde tras una lidia templada en el primero. La tarde, ya en un ambiente frío, se transformó con la faena de David Galván. Con muletazos genuflexos sobre la diestra, Galván sorprendió y removió los tendidos. Su faena, sin reglas establecidas, continuó con derechazos genuflexos rematados con un trincherazo que puso a todos de acuerdo.

Galván toreó con gusto y pulso a media altura, con remates por abajo, aprovechando el viaje hacia los adentros, creando auténticos carteles de toros. Una estocada certera le permitió pasear una oreja con unanimidad.

Con el primer toro, Galván ya había dejado una faena de valor seco, lidiando un astado amplio de sienes. Sin emplearse en el caballo, el manso toro llegó a la muleta con embestidas descompuestas. Galván no dudó y se ciñó por dentro, a pesar del viento que complicaba la limpieza de su faena.

Álvaro Lorenzo tuvo los toros más nobles de la corrida, especialmente el quinto. Con fondo y clase en sus embestidas, aunque sin la rotundidad para que la faena explotara, Lorenzo dejó naturales buenos, pero con varios enganchones que decantaron la balanza hacia el toro. El toledano mostró sus mejores momentos por el pitón izquierdo, pero su faena no llegó a los tendidos.

Ángel Téllez no tuvo opciones con el tercero, cuya embestida se acortó en la muleta. Con un sexto justo de poder, Téllez fue volteado dos veces, terminando su faena sin poder redondearla. Con la espada, no lo vio claro y recurrió al descabello.

La gente, ya al final de la tarde, hablaba de la faena al paso de David Galván, que dejó una impresión duradera y marcó una tarde memorable en la Feria de San Isidro.

Talavante y su Faena de Lujo en la Feria de San Isidro

Alejandro Talavante protagonizó una tarde destacada en la Feria de San Isidro, ofreciendo un lujoso toreo con su zurda mágica que embebió, recogió y trasladó las embestidas como nadie. En una tarde ideal con tendidos repletos y un ambiente soleado, Talavante cautivó a los presentes con una faena de categoría al natural a un toro de duración medida, logrando pasear una oreja.

La corrida de Puerto de San Lorenzo, bien presentados pero vacíos en raza, marcó la tónica de la tarde. Desde la salida del primero, Talavante se fue al centro del ruedo y con una faena sobre la zurda, embebiendo los viajes del toro con clase y ajustando los vuelos. Aunque la embestida del toro se vino a menos, Talavante consiguió dos series de alta categoría antes de matarlo de una certera estocada.

El cuarto toro, descoordinado desde su salida, evidenció un defecto motriz que debió ser motivo de devolución, pero permaneció en el ruedo. Talavante, sin opciones claras, poco pudo hacer ante un astado que giraba sobre su eje con dificultad.

Juan Ortega, con el quinto toro, enfrentó protestas del público debido a la falta de fuerza y remate del astado. A pesar del ambiente adverso, Ortega logró una faena asentada con derechazos hondos que cambiaron los abucheos por olés. Sin embargo, la movilidad desordenada del toro y su embestida desigual impidieron una faena redonda.

Tomás Rufo cerró la tarde con una faena vibrante al sexto toro, comenzando de rodillas por derechazos. Aunque el toro mostró emoción al principio, pronto se evidenció su mansedumbre. Rufo, en continua persecución del toro por más de media plaza, intentó sin éxito mantener la embestida en los terrenos de tablas. La faena culminó con una estocada baja y saludó una ovación.

La tarde, marcada por la ley de los gitanos más que por la de Madrid, dejó a los aficionados a la espera de algo grande que aún no ha llegado.

De la Faena al Tercero a los Tres Avisos del Quinto: Roca Rey y una Tarde Inusual en San Isidro

La decimotercera corrida de la Feria de San Isidro, celebrada en Las Ventas, dejó una mezcla de emociones, con una destacada faena de Andrés Roca Rey al tercer toro y una inusual situación con tres avisos en el quinto. La corrida de Conde de Mayalde, conocida por su bravura, resultó ser mansa y desigual, afectando el desarrollo de la tarde.

Destacados de la Corrida: Andrés Roca Rey brilló con una poderosa faena al tercer toro, «Abonador», de buenas hechuras y con un gran pitón derecho. Desde el inicio, Roca Rey supo aprovechar las cualidades del toro, destacando en los estatuarios y en las series ligadas por la derecha. Sin embargo, una espada atravesada y el uso del descabello le costaron el triunfo, ya que la petición de oreja no fue suficiente para salir a saludar. El quinto toro mostró mansedumbre, recorriendo todos los tercios en varas. Roca Rey comenzó su faena con celo, pero el toro perdió brío y terminó barbear la barrera. Después de varios pinchazos y dos avisos, Roca Rey esperó a que el toro doblara sin usar el descabello, lo que llevó a la frustración del público cuando sonaron los tres avisos.

Accidentes y Confirmación de Alternativa: La corrida tuvo un inicio accidentado con el primer toro arrollando a Jorge Martínez y Cayetano en el tercio de varas. Cayetano resultó más maltrecho, sufriendo dos brechas en la cabeza y un corte en la chaquetilla, lo que afectó su rendimiento en el resto de la tarde. A pesar de esto, mostró raza en su condición malherida, aunque sin encontrar el lucimiento.

Jorge Martínez confirmó su alternativa en una tarde difícil. El primer toro fue complicado, mostrando genio y aspereza, y el cuarto, que originalmente sería el sexto, tuvo viajes vacíos de transmisión. A pesar de estas dificultades, Martínez mostró un buen concepto de toreo, especialmente en el toreo al natural.

Un Ambiente Propio de Figuras: La tarde tuvo un ambiente de figuras, con disparidad de opiniones en los tendidos. La corrida de Conde de Mayalde mostró mansedumbre debajo del peto, buscando siempre el pecho del caballo y ofreciendo embestidas desiguales. La confirmación de alternativa de Jorge Martínez y la accidentada tarde de Cayetano marcaron el evento, mientras Roca Rey oscilaba entre la gloria y la frustración.

La Ventana del Puerto, una Corrida Humanamente Bondadosa y sin Bravura en San Isidro

La decimocuarta corrida de la Feria de San Isidro estuvo marcada por una corrida de La Ventana del Puerto, que se presentó como humanamente bondadosa, pero sin un ápice de bravura. La corrida, que incluyó también un toro de Puerto de San Lorenzo, fue una amalgama de líneas ganaderas y hechuras que resultó en viajes sin transmisión y sin raza.

La confirmación de alternativa de Christian Parejo fue lo más destacado de una tarde sin opciones para Sebastián Castellá y Daniel Luque. La corrida fue desigual en presentación, pasando desde líneas Aldeanueva hasta cruces con Atanasio-Lisardo y El Torreón. La falta de bravura quedó evidente desde el primer toro, que, aunque noble al principio, se vino pronto a menos.

Detalles de la Corrida: Christian Parejo comenzó su faena con pases cambiados en el centro del ruedo, basándola en la mano derecha. A pesar de la nobleza inicial del toro de la ceremonia, éste pronto mostró sus limitaciones. Parejo, seguro y con una cabeza despejada, consiguió mantener la atención con series bien medidas y un pase de pecho al hombro contrario. Sin embargo, cuando intentó torear al natural, el toro ya no respondía. Una estocada atravesada y su seguridad le valieron una ovación. El sexto toro fue otro desafío, embistiendo con el pecho y sin entrega. Parejo se puso en el sitio para buscar la ligazón, pero el animal no dio opciones. A pesar de la falta de bravura, Parejo mostró seriedad en su confirmación.

Sebastián Castellá lidió con un segundo toro que no gustó a los tendidos. Su falta de fuerza y las constantes pérdidas de manos hicieron que sus buenas series al natural se diluyeran. El cuarto toro, de Puerto de San Lorenzo, grande y suelto de carnes, mostró problemas de movilidad desde el principio, agravados por una extremidad anterior derecha débil. Castellá no tuvo opciones ante un toro que nunca pudo apoyar bien.

Daniel Luque se encontró con un lote que no le permitió brillar. El quinto toro, estrecho de sienes y con cara lavada, tuvo buen embroque, pero se quedó sin fuerza rápidamente. A pesar de algunos muletazos de buena factura, la falta de raza del toro hizo imposible una faena redonda.

El tercer toro, siempre calamocheando y moviéndose sobre las manos, tampoco ofreció opciones a Luque.

Reflexión sobre el Discurso Taurino Actual: En el contexto actual del toreo, la humanización del toro con términos como «bondad» y «obediencia» parece inapropiada. Esta corrida, más que a un puerto, dio a un desierto de bravura, destacando la necesidad de un vocabulario adecuado para hablar de toros. La bravura verdadera, esa que nunca podrá convivir con la humanización de los animales, estuvo ausente en esta corrida.

En esta vibrante amalgama de emociones y destrezas taurinas, se ha forjado un capítulo inolvidable en la historia de Las Ventas. Desde la impecable maestría de Jarocho hasta la originalidad deslumbrante de David Galván, pasando por la elegancia de Alejandro Talavante y la valentía de Andrés Roca Rey, cada actuación ha dejado una huella imborrable en el ruedo y en los corazones de los aficionados. A través de triunfos resonantes y desafíos inesperados, esta feria ha sido un recordatorio apasionado de la grandeza y la diversidad del arte taurino, renovando la llama de la admiración y la contemplación en cada lance y cada pase.

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