Toros y Ciudad sigue dando aliento a las nuevas generaciones de artistas de los ruedos pese a lo atípico de este año 2020, la novillada mixta (erales y utreros) de Ernesto Gutiérrez gozó de bravura, nobleza y ayudó a los jovencísimos toreros.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – https://enelcallejon.webnode.es/ – Web Aliada – Foto: Cormanizales
Ubaté – Colombia. Antes de registrar unas líneas de reseña del primer festejo de la tradicional feria de toros y ciudad de Manizales en su versión XXI, debo rendir un profundo homenaje y a la vez extender un sincero agradecimiento a la empresa Cormanizales por tan noble esfuerzo; hacer posible este ciclo evidencia el gran compromiso que tiene con la tauromaquia nacional y de paso nos da un ejemplo en la forma de poder vencer los innumerables obstáculos que hoy por hoy se presentan para el desarrollo de estos bellos espectáculos tan llenos de valores como el respeto, la verdad, la honestidad, la libertad, la tolerancia, entre otros muchos más.
Entrando en materia, se debe como primera medida analizar los astados de la ganadería Ernesto Gutiérrez, encaste propio, proveniente de las líneas Santa Coloma y Murube, que en presentación fueron dispares, entendiendo que se tuvieron erales y utreros por las características dadas de los actuantes (por eso se denominó mixta), hubo un común denominador en el encierro: bravura, nobleza y limitada casta, pero aportaron a las clases aprendidas de cada uno de los nuevos toreros. Es deber resaltar al utrero de nombre Molinero, corrido en tercer lugar, que tuvo armonía en todos los tercios y al eral que hizo de quinto por su forma de arrancarse de largo.
Los novilleros y becerristas dieron la lección aprendida a la fecha, para casi todos el encontrar el dominio de la adrenalina no le fue fácil, muchas veces se notó en el cumplimiento de los pasos de la liturgia o en su expresión ante los bureles, pero si se debe resaltar que están pidiendo pista, que requieren de oficio, porque ganas hay y es lo positivo por fortuna. Resalto a los jóvenes manizalitas Antonio Hernández por el concepto de temple, Simón Hoyos por las buenas maneras y del mismo modo a Mikel Ramírez, pese a que por momentos se vio embarullado, resolvió inteligentemente cada situación.