Llovió casi cuatro horas antes del festival y el público dispuesto para asistir al festival.
Los monosabios trabajaron para dejar el ruedo en perfectas condiciones.
El cantante Andrés Cabás asistió al festival.
Procesión de la Virgen de la Buena Esperanza Macarena en el ruedo con la presencia de todas las autoridades.
Encabezó el grupo de monosabios la doctora Gloria Cecilia Betancur Marín, periodista taurina del grupo Los Tres Claveles y reconocida líder social de la ciudad de Manizales.
Salieron a saludar todos los actuantes.
Gritos de Marco, Marco, Marco y Ferrera lo invitó al ruedo. Un puñado de arena a su mano y los brazos cruzados en reconocimiento a la afición.
Ferrera sacó nuevamente solo un caballo a cumplir con la suerte de varas.
Excelentes pares de banderillas de Ferrera
Emotivo brindis de Ferrera. “Por los niños del mundo que pasan por dificultades de salud. Que los toreros pondrán el corazón por ellos”.
Inexplicablemente, la música se demoró en soñar en algún momento de la actuación de Ferrera.
Faena de ensueño de Ferrera. Novillo de máxima calidad. Indulto.
Emilio de Justo copió lo de no sacar sino un caballo a la pica.
El segundo, que era más despegado del suelo, iba caminando mientras humillaba persiguiendo el engaño. También sonó el pasodoble Feria de Manizales.
Un segundo indulto, este a uno de menor factura, pero no de menos méritos desconocidos.
Hoy se cumplió la presentación número cien de la dehesa de Ernesto Gutiérrez.
En el tercero de la noche tampoco vimos dos picadores en el ruedo. Actuó Reinarío Bulla.
El centro del ruedo fue el escenario de la labor de Luis Miguel Castrillón.
Luego de una buena faena, Luis Miguel Castrillón marró con la tizona.
Román siguió la línea de un solo picador.
Román se gustó con un buen Gutiérrez, luego de un fallo y estocada fulminante, una oreja.
Juan de Castilla cayó en dos ocasiones durante el tercio de capa.
Salieron tres banderilleros con Juan de Castilla, dos aspirantes y un profesional.
El quinto seguía el engaño de Juan de Castilla, pero por momentos apretaba el paso.
El descabello se cargó el trofeo de Juan de Castilla.
Pese a las pocas condiciones de Virote, último del festejo, el palco sé atrevió a hacer sonar la música.