Las imágenes de William Cortés en la tercera corrida de la Feria de Cali 2025 convierten la lidia en un relato visual de alto rigor taurino, donde técnica, riesgo y verdad se articulan con una mirada experta y una precisión documental excepcional.
Redacción: William Cortés
Cali – Colombia. La cámara de William Cortés volvió a confirmar, en la tercera corrida de la Feria de Cali 2025, que la tauromaquia también se narra desde la sensibilidad del objetivo. Su trabajo no se limita a congelar la acción: la interpreta y la ordena con conocimiento profundo del rito. Cada fotografía revela dominio del tiempo y del espacio, captando el cite exacto al hilo de las tablas, la arrancada franca del toro humillando y el embroque ajustado en el que el pitón roza la taleguilla mientras el torero gobierna la distancia con mando y temple.
Cortés demuestra una lectura completa de la faena, consciente de los terrenos, de la colocación precisa de la muleta y del pulso constante entre bravura y técnica. Su sentido del instante, fruto de una mirada genuinamente taurina, le permite anticipar el momento decisivo y fijarlo con limpieza, sin estridencias ni artificios.
La serie recorre con coherencia toda la liturgia del festejo: la suerte de varas medida, el quite oportuno, el cambio de mano que quiebra la faena y el segundo previo al volapié, cuando la plaza se detiene en un silencio expectante. Sus encuadres, tan exactos como un pase de pecho bien rematado, transforman la emoción en documento y elevan la fotografía taurina a crónica viva, capaz de transmitir la grandeza, la exigencia y la verdad del toreo moderno desde la arena de Cañaveralejo.
