La segunda corrida de la Feria de Lenguazaque 2025 dejó momentos memorables, pero también algunos desencuentros que no pasaron desapercibidos. Antonio Ferrera protagonizó un gesto de hermandad al invitar a Sebastián Vargas y a Carlos Garrido a compartir las banderillas en el quinto de la tarde. La afición demostró su apoyo incondicional tras el percance de Garrido, y los toros de Santa Bárbara brillaron con su gran presentación. Sin embargo, la demora en el inicio del festejo y las tensiones entre la empresa y algunos periodistas sin acreditación empañaron la jornada.
Redacción: Jerónimo Baquero Toro´s
Lenguazaque – Colombia. La segunda corrida de la Feria de Lenguazaque 2025 tuvo de todo: momentos de belleza taurina, detalles de hermandad, bravura en el ruedo, pero también fallos organizativos y roces fuera del coso. La afición se quedó con el buen sabor de la faena de Ferrera y la calidad del ganado, aunque la tardanza y los desencuentros extra taurinos dejaron puntos por mejorar.
Lenguazaque sigue consolidándose como un epicentro de la tauromaquia, pero su éxito dependerá de que se refuercen los aspectos logísticos y se fomente un ambiente de respeto y profesionalismo en todos los niveles del festejo. Porque la fiesta brava, para ser grande, necesita orden, disciplina y, sobre todo, pasión bien canalizada.
Lo Bueno: Ferrera, la Hermandad en el Ruedo y el Respeto a la Casta
La tarde estuvo marcada por un gesto de alto valor simbólico y artístico. En el quinto toro de la tarde, el diestro español Antonio Ferrera sorprendió al invitar a Sebastián Vargas y al subalterno Carlos Garrido a compartir el tercio de banderillas. Un acto de generosidad que resonó en los tendidos, demostrando la camaradería y el espíritu de hermandad que puede existir entre los toreros.
Pero el gesto de Ferrera no fue lo único destacable. Cuando Carlos Garrido sufrió un pequeño percance durante su intervención, la afición mostró su carácter y compromiso, respondiendo con solidaridad y apoyo inmediato. Una ovación cerrada se alzó desde las gradas, reconociendo el esfuerzo y la valentía del subalterno.
Además, la corrida estuvo respaldada por un encierro de la ganadería Santa Bárbara que dejó una excelente impresión. Los toros lucieron una presentación impecable, con estampa, trapío y bravura, lo que permitió el lucimiento de los toreros y reafirmó la calidad de este hierro en el circuito taurino.
Lo Malo: Un Retraso Inexplicable
El tiempo es oro en cualquier espectáculo, y la tauromaquia no es la excepción. Sin embargo, la corrida estaba anunciada para las 3:30 p.m., pero el primer toro saltó al ruedo una hora más tarde. Este retraso generó incomodidad en la afición, que esperaba con ansias el inicio del festejo. La falta de puntualidad, más allá de la paciencia del público, resta seriedad y profesionalismo a la organización de la feria.
Las razones del retraso no fueron aclaradas del todo, pero es evidente que situaciones como esta deben corregirse para garantizar una experiencia más respetuosa con el público y los protagonistas de la tarde.
Lo Feo: Tensión en la Puerta de Cuadrillas
Lamentablemente, no todo fue armonía en la jornada. Un desencuentro entre la empresa organizadora y el personal logístico con algunos periodistas generó un ambiente tenso en las afueras de la puerta de cuadrillas. El problema radicó en que algunos comunicadores no contaban con la acreditación correspondiente, lo que derivó en un enfrentamiento verbal que dejó un sabor amargo en el inicio de la tarde.
Si bien es comprensible que el acceso a ciertas zonas de la plaza esté regulado, este tipo de situaciones deben manejarse con mayor tacto y profesionalismo. La prensa desempeña un papel crucial en la difusión y promoción de la fiesta brava, y cualquier desencuentro con los periodistas puede afectar la imagen del evento y su proyección en los medios.