El año 2019 de… Pepe Moral

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Con tardes de sangre como Valdemorillo pero de gozo como Sanlúcar o Arles, Pepe Moral selló un 2019 con algunos momentos para el recuerdo. Lo recordamos.

Pronto comenzó su temporada Pepe Moral, y fue en el mes de febrero, trenzando el paseíllo en la Feria de San Blas y la Candelaria de Valdemorillo. La mala suerte vino a visitar al torero palaciego, y es que su primer toro lo hirió en la zona de la rodilla, impidiendo el normal movimiento de ésta. Haciendo un esfuerzo totalmente titánico, Moral se mantuvo en el ruedo e incluso salió a matar al segundo de sus oponentes, con el que lo pasó realmente mal por el mal estado de su pierna. Tarde de raza y garra del sevillano.

Su siguiente cita llegó dos meses más tarde, en la primera plaza del mundo: Pepe Moral se enfrentó a la corrida de Victorino Martín el Domingo de Ramos en Las Ventas. Fue un encierro peligroso, con muchas incomodidades y que no se lo puso fácil a los toreros.

Dos paseíllos trenzó en la Real Maestranza sevillana Pepe Moral este año: los días 7 y 12 de mayo. En la primera de las tardes se enfrentó a una corrida de El Pilar con la que fue silenciado y con la que dejó momentos de interés, especialmente al natural frente a su segundo toro. Hubo instantes que calaron en la afición de su ciudad.

Y en el cierre del abono, el día 12 de mayo, el resultado final del festejo no reflejó el contenido de una corrida en la que Moral trenzó el paseo al lado de Sebastián Castella y Octavio Chacón. Firmísima fue la labor del sevillano, que aunque no pudo reeditar el triunfo de otras temporadas con este hierro, sí que dejó la sensación entregada que ha venido predicando durante el último lustro.

El día 18 de mayo se vistió de torero para hacerle frente au na corrida de Victorino Martín en la plaza de toros de Osuna, donde dejó la faena de la tarde al primero de su lote, un tercero de la corrida al que desorejó a base de templar distancias, domeñar terrenos y ser él mismo en los embroques.

Eso le llevaría a trenzar el paseíllo en Madrid el 9 de junio en una tarde marcada por la gravísima cornada sufrida por su compañero Román. En aquel festejo de Baltasar Ibán, en el que Curro Díaz completaba la terna, Pepe Moral hizo lo que pudo ante unos oponentes a la defensiva.

En Nimes tomó parte de la Feria de Pentecostés el día 10 de junio, fecha en la que de nuevo un agrio encierro de Victorino no posibilitó el triunfo del hispalense, que dejó detalles durante toda la tarde por la mano izquierda pero no redondeó el conjunto.

El día 14 de junio llegó su tercera cita de la temporada en Madrid, tarde en la que mató una corrida de Fuente Ymbro que tampoco prestó opciones al triunfo. Fue silenciado. Un día más tarde trenzó el paseo en la localidad leonesa de Sahagún frente a un encierro de Valdellán con el que fue ovacionado, destacando el toreo a zurdas frente al segundo de su lote.

El día 22 de junio llegó la cita de Utrera, matando aquel día una corrida de toros de Miura en el coso sevillano, en lo que era la vuelta del mítico hierro de Zahariche a la localidad. Aquel día, en el que se indultó por vez primera un toro de este hierro, no tuvo suerte Pepe con el lote que le correspondió.

Hasta Angra do Heroismo, en Azores, viajó Pepe Moral el día 28 de junio para trenzar el paseo frente a una corrida de José Luis Cochicho y Rego Botelho.  Una vuelta dio ante su primero, un toro con el que dejó su sabor.

Fue ovacionado al esfuerzo en la plaza de toros de Pamplona durante la tarde del 9 de julio, festejo de José Escolar con el que templó su toreo el sevillano. Pepe Moral demostró su clase con un bonito quite con el capote y la calidad al recibir a uno de sus toros.

En Azpeitia selló con una vuelta al ruedo su compromiso con la corrida de Murteira Grave en la que departió el torero, y posteriormente el 17 de agosto en Dax le tocó lidiar una corrida de Ana Romero que no terminó de embestir en las telas de la terna.

SANLÚCAR DE BARRAMEDA

Decidió el destino que Pepe Moral debía juntarse con Victorino para vivir una tarde soñada en Sanlúcar, donde indultó «Milhijos» vestido de magallánico.

La locura se vivió para cerrar el festejo con la faena de la tarde, una sensacional obra por parte del mejor Pepe Moral de la temporada. Ya en el saludo a la verónica templó y acompañó las embestidas del codicioso animal. ‘Milhijos’ le devolvió la fe en sí mismo a un Moral que en este sexto volvió a ser ese torero que enamoró a Sevilla y que convenció a todo una afición. Empujó el toro en varas y galopó en banderillas. Moral dejó una de esas faenas al ralentí, de muleta arrastrada y exigencia máxima. Cuajó por ambos pitones el de los Palacios a un toro de nota, un animal que se ganó la vida gracias a una bravura excelsa, esa que tienen los elegidos. Embistió gateando, se dejó el alma buscando la pañosa por el albero, siempre con un ritmo sostenido que dejó a Moral acariciar su brava embestida. Se redujo en cada muletazo, embistiendo con los riñones.

Cuanto más se le exigía mayor era su entrega. Faena que se vivió con pasión desde el tendido. ‘Milhijos’ y Pepe Moral escribían una historia que los allí presentes jamás olvidarán. Pepe sacó de dentro de su ser ese toreo que parecía tener olvidado, ese que le puso en el camino no hace tanto y que sin embargo desde hace un tiempo no conseguía plasmar en el ruedo. El sevillano llevaba un tiempo caminando por el desierto, sin encontrarse a si mismo, pero hoy ese Moral que tanto añoraban los aficionados volvió a salir, ojalá no se vaya nunca. Sanlúcar quería perdonarle la vida ‘Milhijos’, un animal de tanta bravura y nobleza no podía morir en la arena. Y salió el pañuelo naranja, ese que le salvaba la vida, ese que hacía justicia por lo visto en el ruedo. ¡Larga vida al rey!

ARLES, SEPTIEMBRE

Iba a llegar… y llegó. El fondo de Pepe Moral volvió a resurgir con un zambombazo en una plaza de primera como Arles: tres orejas a la de Palha e importante tarde del sevillano con un encastado encierro luso.

Una oreja paseó Moral con el tercero, un animal encastado y con el que estuvo muy bien colocado, valiente, exigente, con el que estuvo muy bien con la espada para matarlo. Muy firme el torero y oreja de peso para el sevillano.

Dos orejas paseó del sexto, un toro premiado con la vuelta al ruedo. Brindó labor a Juan Bautista, destacando el toreo en redondo por la mano derecha. Importante Moral, que brilló también a zurdas antes de matar de un estoconazo. 

El cierre anhelado… para soñar con el amanecer del 2020.

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