Cali: En Tierra de Ciegos el Tuerto es Rey

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Debemos cuidar la esencia de la fiesta del toro bravo, los públicos muchas veces equivocan las condiciones de los astados y no se deben olvidar esas característica básicas ya predeterminadas y fundamentales.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – http://enelcallejon.webnode.es – Web Aliada

Cali – Colombia. Hoy en las plazas del mundo se viene observando una conducta en los públicos que asisten a los festejos taurinos y es el de valor subjetivamente cada acontecimiento de la tarde de toros, llevándolo a la aceptación mediática “del menor esfuerzo”; esto con el mayor de los respetos, hace muchísimo daño para el fundamento real de lo que es la tauromaquia, se desvirtúa la liturgia del toro bravo y se traza una conducta al facilismo absurdo. Por poner un ejemplo claro, la actitud que hoy por hoy se tiene con la suerte de varas por parte de la parroquia, chiflan las buenas labores y aplauden la mediocridad o el refilón.

Este fenómeno ya está llegando a afectar, incluso, al concepto de lo que es torear, que no es como muchos creen, pegar lances o muletazos, es tener la capacidad de trasmitir con plasticidad, suavidad, elegancia y verdad cada ejecutoria, ciñendo a la humanidad del torero al toro que lleva en sus astas el real peligro de herir, no olvidemos que la tauromaquia conjuga la inteligencia de hombre (y/o mujer) con el instinto del animal, en este caso del bravo, con su condición de lucha.

En la goyesca de este viernes en la Cañaveralejo, se tuvo un encierro del hierro Ernesto Gutiérrez muy bien presentado y con un juego que denoto limitada casta, pocos finales y algo de mansedumbre porque el lote al final acabó en tablas y casi siempre en la boca de la puerta por donde salieron, la gran ventaja en la primera corrida de la feria taurina de Cali, fue que por delante de ellos, estuvieron toreros honestos, que indiferente a lo que tengan por delante, buscan a costa de lo que sea, entregar un bonito espectáculo y eso merece el más profundo reconocimiento. Lo triste es ver que cuando salta al ruedo un toro que sí traía casta, más la nobleza y franqueza del toro bravo no afloraba con justa medida con referencia a la condición citada inicialmente, equivocadamente los asistentes en los tendidos soliciten el indulto, preocupante, porque quiere decir que  “en tierra de ciegos el tuerto es rey” y así no se valora la bravura del rey de la fiesta.

No olvidemos que el indulto es concedido cuando una res por su trapío y excelente comportamiento en todas las fases de la lidia así lo merezca, porque el objeto es de llevarlo a su dehesa para que sirva como semental y así preservar la máxima pureza de la raza y la casta de las reses. No es solamente porque se mueva con alegría y pase de cualquier manera por los tercios; mucho cuidado, de esa manera desvirtuamos y agotamos el arte taurino.

Tarea, difundir la pureza de la tauromaquia y devolver la postura en la valoración y admiración de la liturgia en los ruedos del mundo.

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