Sevilla: Ruiz Muñoz Brinda a Curro una Caricia al Toreo

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Una interesante corrida de Bohórquez brinda la posibilidad a Serna y Ruiz Muñoz de salir premiados de la Maestranza. Borja Jiménez, Lama de Góngora, Ángel Jiménez y Calerito salen ovacionados tras mostrar sus credenciales con astados de distinta condición.

Redacción: Pablo López Rioboo – Cultoro.es

Sevilla – España. Plaza de toros Sevilla, real maestranza de caballería, Corrida de toros de Fermín Bohórquez, ganadería de garantías y que puede propiciar un triunfo a cada uno de los seis matadores que se acartelan en la tarde de hoy en el coso del baratillo, Borja Jiménez, Lama de Góngora, Rafael Serna, Ángel Jiménez, José Ruiz Muñoz y Juan P. García Calerito, todos ellos fuera de los carteles principales del abono sevillano de este año, encontrando su oportunidad en este festejo programado por la empresa Pagés.

El asentamiento y el temple de Borja Jiménez le roban muletazos de mérito al soso y medido de fuerzas primero

No tuvo suerte Borja Jiménez con el animal que abrió plaza, un astado bajito y bien construido pero que acusó su falta de fuerzas. Le corrió bien la mano de salida en un saludo capotero a media altura, siempre buscando la buena colocación y buscando que no tocara el percal. Se le señaló en el jaco para más tarde dejar Borja un arrebujao quite por chicuelinas, mismo palo que había utilizado un Lama de Góngora que no se apretó con el animal en el mismo. Ya en la muleta buscó el sevillano aprovechar las embestidas iniciales de un astado que tuvo virtudes, pero que se fue apagando como una velita. Torero fue ese inicio a media altura ante un toro que había que llevarlo siempre en línea recta para no quebrantarlo. Anduvo asentado el de Espartinas, siempre buscando la buena colocación e intentando que el astado no le tropezara la pañosa. Intentó limpiarle cada muletazo, pero era complicado ante un ejemplar que siempre embistió rebrincado y haciendo hilo. Tragó Borja ante un animal mironcete que se fue quedando corto conforme avanzaba la faena. Tras dejar una estocada algo tendida, pero de rápido efecto, fue ovacionado desde el tercio.

Ovacionado Lama de Góngora ante el manso y huidizo segundo

Ya cantó desde salida su mansedumbre el segundo de la tarde, un astado que desde el primer momento marcó querencia a chiqueros. Lama intentó sujetarlo, pero el animal no quería ni capotes ni caballo, fruto de ello fueron los tres puyazos que recibió, el primero en el 7 y los dos últimos en la puerta de chiqueros. Este fue un animal con disparo, correoso en sus formas y exigente en el fondo. Por ello hay que destacar la extraordinaria lidia de un José Chacón que demostró su estatus como hombre de plata. También rayaron a gran altura tanto Fernando Sánchez como del Toro, dos banderilleros que saludaron montera en manos tras arriesgar lo indecible en su turno de banderillas. Ya en la muleta Paco estuvo fresco de mente y con la convicción necesaria para resolver la papeleta. El de Bohórquez con mejor inicio que final de muletazo, embistió con carbón y picante, pero sin querer coger los chismes por abajo. Vimos la versión más enrazada de un torero que no quería que se le fuese el tren. Pero el toro tenía una embestida desigual, siempre buscando tablas y embistiendo con la cara a media altura. Por el izquierdo si dibujó un par de muletazos de fino trazo, pero ahí quedó todo. Mató de una buena estocada y saludó desde el tercio.

La espada emborrona una interesante faena de Serna al exigente y emotivo tercero de Bohórquez

Tuvo franqueza y prontitud el interesante tercero, un animal que ya desde salida dejó patente que no iba a ser como sus dos hermanos anteriores. Pese a no dejarse torear de capa si acometió con clase al peto empujando siempre con los dos pitones. Bien anduvo Fernando del Toro en banderillas, siempre buscando abrirle los caminos y pulsearlo en cada embestida. Torero fue su inicio de faena más allá del tercio con dos doblones de gran cadencia. Comenzó a zurdas, una labor que ganaría intensidad con la mano derecha. El de Bohórquez venía como un tren desde la media distancia, siempre buscando la pañosa con gran calidad. Un ejemplar que pedía sometimiento y venir siempre enganchado, si no lo llevabas toreado se te subía a las barbas. Rafa consciente de ello busco llevar al animal siempre empapado en la muleta, intentando los defectos con el temple de sus muñecas. Tandas en redondo donde destacó un cambio de mano muy jaleado por la parroquia, dentro de un trasteo al que le faltó un punto de rotundidad para haber cuajado de principio a fin a un animal con el que no acabó de acoplarse a zurdas. Un toro que pese a su nobleza no permitía que le dudaras, exigiendo mano baja y firmeza. Por el lado izquierdo había que abrirle el muletazo hacia fuera y no dejarse enganchar, de lo contrario tendía a soltar la cara y quedarse debajo. Tenía la oreja en la mano, pero un pinchazo hondo y el uso del verduguillo dejó todo en una ovación cerrada desde el tercio tras sonar un aviso. Justa ovación a ‘Ondito’ en el arrastre.

Ángel Jiménez deja pasajes sueltos ante el noble, pero apagado cuarto.

Bajo como un zapato y con la cara, seria, pero muy torera era el cuarto de la tarde, un animal perfecto en su fenotipo, pero que acusó los 595 kilos con los que vino a Sevilla. Un animal con nobleza y cierta calidad pero que acusó en demasía su volumen, eso unido a su justeza de raza no ayudaron a que la faena tomara vuelo. Anduvo firme y centrado un Ángel Jiménez que quería revalidar la oreja cortada el pasado año, pero esta vez no hubo la conexión necesaria para que la faena rompiese de verdad. Templó el astigitano a un toro que fue siempre dormidito, intentó pulsear las embestidas y desenmuñecar en el momento exacto para que este siempre se encontrara la pañosa en la cara, pero el animal tenía una embestida anodina, algo que no ayudaba a que el trasteo llegase arriba. El de Bohórquez fue poco viniéndose a menos y Jiménez perdiendo el pulso de una faena donde se le notó un pelín acelerado en ciertos momentos de la misma. Pese a ello, nunca le perdió la cara a su labor, algo que valoró una afición que lo va a seguir esperando. La estocada le valió una cerrada ovación que recogió dese el tercio de la Maestranza.

El palco le niega la oreja a Ruiz Muñoz tras una faena de pura caricia

Revoloteaba por la Maestranza una sensación que los aficionados más veteranos ya habían palpado tiempo atrás. Se esperaba con expectación el debut como de matador de toros en Sevilla de un Ruiz Muñoz que ya desde que se abrió de capa dejó claro el palo por el que interpreta el torero. Templó a la verónica —con medio capotito— las enclasadas embestidas de otro de los toros buenos de la corrida. Un torero que volvió a soltar muñecas en un quite que tuvo reminiscencias del pasado, ese que abrocharía con una media de cristal. El de Bohórquez la tomaba con tanta calidad que el capotazo parecía no tener fin. La gente se volvió a emocionar como hizo antaño con Curro, ese Faraón al que su sobrino-nieto quiso brindarle esa faena que tanto tiempo llevaba soñando. La ovación cerrada a Romero fue el preludio a una labor de guante de seda, una obra llena de magia y nostalgia. Breve en su metraje, pero de gran torería, fue un trasteo con ese aroma a toreo clásico. Muletazos acompañando la embestida primero, para más tarde apretar al toro en una serie final que paró los rejones. Muñoz tiene el temple por bandera, toreó dentro y fuera de la cara del toro en un trasteo inspirador. ’Camarero’ fue el toro perfecto, una superclase de Bohórquez, de esos que te dan la oportunidad de entregarte a esa embestida. Fue un toro para palear, un bombón de un ritmo excepcional que entendió el joven gaditano. Se reducía de tal manera que el muletazo duraba una eternidad. Muñoz nunca quiso abusar de él, las tandas fueron siempre cortitas, jugando con las alturas en una labor de gran belleza, esa que se paladea incluso acabada la misma. Y ahí andaba José con las muñecas rotas, las zapatillas asentadas y el corazón entregado a esa plaza que volvió a asomarse al balcón de la nostalgia, porque el toreo —entre otras muchas cosas— también es caricia. La trinchera con la que cerró su serie final fue la cuadratura perfecta del círculo, pero la oreja que tenía en la mano no fue concedida por la presidencia a la que le faltó sensibilidad, esa que debe unificar urgentemente criterios a la hora de la concesión de los trofeos para evitar agravios comparativos entre unos y otros.

Ovacionado Calerito con un animal de Bohórquez que de acabó muy pronto

Salió dispuesto a no dejarse ganar la partida Calerito en el sexto, un animal de Bohórquez que sacó las virtudes en la muleta, pero que acabó apagándose. Juan Pablo sabía que el animal estaba cogido con alfileres, de ahí que apostará por él en una primera serie que caló en los tendidos. Sonó la música, la faena parecía que iba a romper, pero el animal bajó la persiana. Un toro que mientras duró siempre exigió que lo llevarán pulseado, de lo contrario se desordenaba. Se vio a un torero centrado, sabiendo entender aquello que le pedía el toro, pero este duró dos tandas. Porfió el de Aznalcóllar, dejando este un final de faena en los terrenos del toro. La estocada en todo el hoyo de las agujas es de las que años atrás valían el corte de una oreja, estaremos atentos porque podría ser de premio al finalizar la Feria. De premio también podría ser el puyazo de un Manuel Jesús Ruiz Román que salió ovacionado de su plaza tras un importante tercio de varas.

Ficha del Festejo:

Plaza de Toros de Sevilla, Real Maestranza de Caballería. Corrida de toros. Segunda de abono. Más de media plaza. Toros de Fermín Bohórquez. Correctos de presentación dentro de su desigualdad. Con nobleza el soso y medido de fuerzas primero; De cambiante embestida el manso y agrio segundo; Con buen ritmo y entrega el interesante tercero ovacionado en el arrastre; Con nobleza el apagado y soso cuarto; De gran clase y entrega el interesante quinto ovacionado en el arrastre; Con galope y franqueza el venido a menos sexto. Borja Jiménez (Blanco y Plata): Ovación con saludos. Lama de Góngora (Sangre de toro y Oro): Ovación con saludos. Rafael Serna (Sangre de toro y Oro): Ovación con saludos tras aviso. Ángel Jiménez (Tabaco y Oro): Ovación con saludos. José Ruiz Muñoz (Blanco y Oro): Vuelta al ruedo tras petición. Juan P. García Calerito (Berenjena y Oro): Ovación con saludos. Incidencias: Fernando Sánchez y Fernando del Toro saludaron montera en mano en el segundo de la tarde. Manuel Jesús Ruiz Román resultó ovacionado en el sexto del festejo.

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