ue como un fogonazo. Fue volver a pisar la tierra de los mortales comunes después de haberse convertido en el dios que veneraba un templo en pie. Estaba roto, deshecho, desmadejado, completamente vacío. Y lo dominó la emoción en un mundo de emociones donde deberían ser el pan nuestro de cada día. Acurrucado al abrigo del burladero de matadores, El Juli desataba la tensión y desahogaba el alma prorrumpiendo en un torrente de lágrimas desconsoladas. Jamás se había visto en Madrid una vuelta al ruedo tan desgarradora como la que dio hoy Julián. Pero no era para menos.
Había pasado algo. Algo había cambiado en un toro que se enseñaba tramposete y se volvió, de repente, franqueza y clara verdad. Porque ni era fácil el toro, ni Juli lo quería así, que no se escribió la historia con personajes que no tuvieran que sufrir. Y al echarse a la zurda el trapo ya sabía el torero hasta dónde se la iba a alargar, a dónde quería ir con él y el fondo que debía sacar. Es que sólo El Juli había sido capaz de apostar. Por eso mientras se iba el animal despacito detrás de los vuelos de Julián él sabía que debía abusar, que estaba obligado a exprimir a ese toro para dejar una obra más en los anales de Madrid. ¿Cómo puede un natural convertirse en redondo sin dejar de ser natural? El Juli que vimos hoy lo sabe. Tiene el secreto. Aunque pinchase la excelsa obra con un acero de plexiglás cuando el acierto hubiera hecho asomar los dos pañuelos a compás.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Cuarta de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Lleno de ‘No hay billetes’
Toros de La Quinta, en tipo y con presencia. Fijo y pronto, pero de embestidas cortas y contado poder fue el primero; ritmo, temple y clase en las claras y excelentes embestidas del segundo; de contado poder y celo el soso tercero; de embestidas cortas y deslucidas fue el cuarto; remiso y complicado el quinto, que terminó entregado al poder de El Juli; andarín y de cortas embestidas el soso sexto.
Morante de la Puebla (espuma de mar y azabache): Palmas y algunos pitos.
Julián López ‘El Juli’ (marino y oro): Oreja y vuelta al ruedo.
Pablo Aguado (azul soraya y oro): Silencio y silencio.
INCIDENCIAS: Saludó Iván García en el sexto de la tarde.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
