El César del Toreo Baja al Ruedo, Deja Pinceladas de Nostalgia y Sale en Hombros

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La imagen de este muletazo con la mano derecha es elocuente. ¿Explicarla, para qué? Ahí está el joven y maduro torero, figura del toreo, dejando esas esencias, Cómo lleva toreada la vaca, cómo acompaña el trazo con el cuerpo, cómo la mano contraria está en la cadera ¡Qué privilegio haberlo visto en Albán!

Redacción: Guillermo Rodríguez Muñoz – Fotos: Julián Velazco

Albán – Colombia. El maestro César Rincón dirigió un tentadero pedagógico en la plaza de Albán ,al occidente de Bogotá , no se resistió al torero que lleva dentro y desató el clamor en la plaza de Albán, le alcanzaron una muleta, tomó distancia, adelantó la muleta y vino esa descarga de toreo fijo , nos regaló tandas por partida triple en dos vacas de su ganadería de Las Ventas en un torbellino de emociones al ver tan lozana y fresca su torería, su magisterio, esa eternidad que se prolonga sin fisuras en el corazón, en el cuerpo de un hombre que vive por y para el toro y como él dijo » no hay nadie más animalista que un ganadero que sabe, valora y cuida con dedicación a este el más bello animal, el toro ) , la forma como citó, embarcó y despidió a las vacas, la solera de sus andares , ese final con un quiquiriquí, pases de pecho y naturales. Todo un prodigio.

Tarde de ensueño, de revivir los mejores momentos de nuestra tauromaquia al invitar el maestro a sus colegas Nelson Segura, César Camacho y Pepe Manrique al ovalado ruedo. Cada uno recordó sus grandezas en esos breves trazos tan armónicos, embebidos de buena técnica y el arte que exhibieron.

Salieron cinco vacas, dos de nota superior, la tercera y la sexta que duró una barbaridad. La lidió Leandro de Andalucía uno de los tres toreros que acompañaron al director de lidia (Sebastián Cáqueza y Gitanito, hijo, completaron el cartel), pasaron por segunda vez en la tarde Segura, Camacho y Manrique, el maestro Cesar se animó y nos brindó dos tandas

No exagero si digo que le dieron más de 200 muletazos y la vaca, brava, noble, con recorrido y embistiendo, ni abrió la boca con esos finales que da gusto. Y esa tercera, un dechado de bravura en el caballo yendo tres veces de extremo a extremo, desde los medios y desarrollando clase en la muleta.

La plaza casi llena disfrutó y gozó con la tarde campera, con las explicaciones del maestro que fue contando cómo era menester llevar una determinada vaca, la razón de ser de probarlas en el caballo (Javi, formado en la ganadería de Las Ventas es un prodigio de picador el chico), o dar el muletazo más en corto, en otra ocasión más distancia, bajar la mano, llevarla con mimo y temple, perderle pasos o darle los tiempos para aprovechar su calidad.

Leandro, Cáqueza y Gitanito estuvieron a la altura en su papel de compañeros de viaje de esta maravillosa experiencia que es un tentadero público.

La alcaldesa agradeció al maestro que haya dedicado esta jornada taurina y lo recaudado (un bono por persona de 10 mil pesos) se destinará a fortalecer la fundación de la construcción de una casa para la mujer en Albán.

Volvimos a escuchar ese… Cesar… Cesar… César… y los toreros y novilleros lo izaron y en hombros dio una aclamada vuelta al ruedo acompañada de ese pasodoble de Elvira Checa» Puerta Grande» y le vimos admirados pasear airoso su figura como tantas veces en Las Ventas, en las plazas americanas o en Francia.

El torero tiene mucho de azar, es verdad, pero mucho más de magia, de arrobamiento, de deleite espiritual y César Rincón nos devolvió a esos tiempos románticos, a ese bien hacer, a que, en definitiva, queridos lectores, el toreo es grandeza. Gracias, Señor…

Los alumnos de la Escuela de UNE que dirige con acierto Nico Méndez. Un pequeñín con mucha seriedad sobriedad y aplomo banderilleo un toro figurado y fue la primera ovación de la tarde otro dio precioso lance con su compañerito minido de un carretón de cortón para embestirle.

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