La Plaza de Toros de Mérida pasa a ser gerenciada por otras manos…

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2.- La sociedad Rodríguez Jáuregui & Manfredi López espera devolver en el curso de este año y los venideros, la seriedad y categoría que requiere la fiesta brava en Mérida

Tras el acuerdo alcanzado por COREMER con la sociedad Rodríguez Jáuregui & Manfredi López

@rubenvillafraz  Fotos: Ramón Pico

La designación por parte de COREMER a los nuevos empresarios del coso de la
Avenida Las Américas

La tarde de este lunes, en las dependencias de la Plaza de Toros Monumental “Román
Eduardo Sandia” de Mérida se traía por el interés que noticias iba a deparar a toda la
afición emeritense, la nueva junta directiva de COREMER. La cosa tiene su miga, tras el
litigio que se está dirimiendo entre este ente y la Empresa Taurina RAMGUERTAURO, la
misma que desde el 2013 viene ocupando funciones en la organización del “Carnaval
Taurino de América”.

El asunto es que el pleito viene desde octubre pasado, cuando la encargada de los
destinos del máximo escenario taurino emeritense, en este caso la directiva anterior de
COREMER, solicitó la revocación del contrato de arrendamiento, a RAMGUERTAURO
por desavenencias entre sus socios principales como son el ganadero de reses bravas
Ricardo Ramírez y su socio Juan José Guerrero, comenzaría con ello el viacrucis de la
edición ferial 2022 por saber quién sería la empresa que a final de cuentas llevaría a buen
puerto el serial de este año que tendrá lugar del 26 de febrero al 1º de marzo próximo. Los
días pasaban, asumió nueva directiva de COREMER, encabezada por el joven ciudadano
Sharif Aisami, quien inmediatamente se avocaría junto a su directiva a colocar coto a esta
singular situación, única en el largo historial de la cita ferial emeritense.

La razón, al final la tendría COREMER, pues no valió artimañas legales ni maniobras
jurídicas para hacer valer la voluntad de muchos aficionados que nos encontrábamos en
la difícil tesitura de ver como la calidad y prestigio de la gran cita taurina emeritense, año
tras año se iba al piso, bajo la complicidad de muchos que se dicen ser “taurinos de huso
colorao” quedando más bien colorados de la pena, ante el hecho que implica que en estos
tiempos se tenga que seguir bajo la voluntad de quien o quienes han obrado por
complicar más de lo que estaba el lio del toro en una ciudad caracterizada por la
organización y responsabilidad de sus asuntos taurinos. Venga, que fue un retroceso
grandísimo del que por estas líneas dimos advertencia mucho antes que otros se dieran
cuenta.

En fin, que este lunes, la junta directiva de COREMER, ha solventado, tras llegar un
acuerdo jurídico entre las partes implicadas, en entregar por este año, la organización a
menos de 45 días de que suenen clarines y timbales, a la sociedad formada por las
empresas taurinas Hermanos Rodríguez Jáuregui y Manfredi López, lo que de alguna u
otra manera será un bálsamo de seriedad y responsabilidad de cara al futuro que tendrá a
partir de la presente fecha la Feria del Sol, el cual para tal efecto tendría que
reorganizarse y reestructurarse, con carteles de garantía y tirón para el taurino serio como
para el aficionado y público en general que estarán presente en los tendidos del máximo
coso merideño.

En tal sentido, desde ya tanto José Luis como Augusto Rodríguez Jáuregui así como
Gabriel Manfredi están abocados a llevar de nuevo en un sitial de importancia la cita
taurina de febrero en el calendario taurino nacional, carteles donde el toro como elemento
supremamente importante tome el protagonismo, con la edad y el peso que requiere una
plaza que se dice de primera categoría, y que tendrá de nuevo que demostrarlo con los
más selectos exponentes de la cabaña brava nacional, que sabemos está muy limitada,
pero no exenta también que aquellos ganaderos que asuman el compromiso en lidiar en
el ruedo merideño lo hagan conscientes de la responsabilidad que implica con quien se
retrata en taquilla y hace el esfuerzo en acompañar tarde tras tarde la ilusión por ver un
espectáculo integro, del mismo modo con toreros que sean del interés y atractivo de una
afición joven, alegra a la que se le debe de enseñar, y no complacer por caprichos
triunfalistas y enfermizos como se llegó a convertir la monumental emeritense.

COREMER APOSTANDO POR EL FUTURO DE LA PLAZA Y SU AFICIÓN

No dudamos que el viraje que ha tomado la nueva junta directiva de COREMER tenga su cuota de apuesta, pues no es fácil la empresa de organizar toros en estos momentos,
pero lo hace con gente como la familia Rodríguez Jáuregui con la experiencia de haber
llevado a lo más alto del interés el “Carnaval Taurino de América”, teniendo habilitada en
los próximos días tras intenso y profundo trabajo de remoción y reparación es, también
una plaza de toros cónsona a lo que implica como acontecimiento nacional para la fiesta
brava el serial emeritense, lo que repercutirá como en su momento lo fue, en la economía
de la ciudad a nivel turístico y mediático.

Para este martes estaba pautada darse sesión al recurso de amparo interpuesto por el
empresario Ricardo Ramírez en relación con la decisión tomada por COREMER. Ya a
mediodía estaba lista para sentencia la voluntad del juez de la causa, dándole la razón a
esta última y con ella vía libre para que de una buena vez, a menos de 45 días de la
primera corrida de feria, y sí las circunstancias de la pandemia COVID lo permitan,
estemos atentos a lo que suceda entre toro y torero en la arena de la Plaza de Toros
Monumental de Mérida. Se pone fin a uno de los capítulos más lúgubres y penosos de lo
que es la fiesta brava en la que es llamada “Ciudad de los Caballeros”.

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