Gran faena de Emilio de Justo, a hombros con Ginés Marín en Manizales

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El torero extremeño indulta a Despistado, de Las Ventas del Espíritu Santo, un gran toro ante el que bordó el toreo; encastado encierro de César Rincón.

Redacción: Paulo A. Sánchez – Aplausos.es

Manizales – Colombia. Un verdadero faenón fue la obra de Emilio de Justo al segundo toro de la pequeña pero encastada corrida de Las Ventas del Espíritu Santo. Desde que se abrió de capa apostó por el triunfo; el tercio tuvo emotividad y variedad, pero especialmente calidad. Chicuelinas al paso para dejar ir de largo al toro a la vara de Clovis Velásquez. Con la muleta hubo regularidad en toda la faena. De rodillas en los medios citó al toro desde tablas y empalmó cuatro derechazos para luego en pie dejar un cartel con soberbia trincherilla. Cada serie sobre los dos pitones afirmado en la arena para conducir las hondas embestidas de Despistado. La banda municipal de Manizales tocó Feria de Manizales, el pasodoble que en esta plaza suena para acompañar faenas excepcionales, y esta lo fue. La pureza de lo que toreó De Justo y la lentitud con la que lo hizo, y el temple que tuvieron el toro y la faena quizá precipitaron el indulto, pero era cuestión de tiempo, porque la plaza estaba boca arriba con la obra compuesta en el albero. Las dos orejas de justicia terrenal, el indulto, pues ya verá Rincón qué lugar le da en su finca.

Pero Emilio de Justo no se quería quedar con el indulto solamente, y en el quinto salió a socorrer al manso de Las Ventas. Todo lo puso el torero, en una porfía que tuvo mérito y cambió el rumbo de la faena, porque se la inventó, obligando a pasar al toro en varias series hasta que huyó a tablas. Con lo buena aficionada que es la plaza, se extrañó que no hubiera petición y quedaran conformes con el tibio saludo desde el tercio.

Ginés Marín cortó una oreja en cada turno y acompañó la triunfal salida a hombros. Al tercero, que brindó al ganadero, lo toreó con acierto, aunque la faena se fue diluyendo como la calidad del encastado toro. Condujo con suavidad el muleteo, con la derecha mejores pasajes que con la izquierda, aunque algo dejó ver de su poderosa zurda. En los terrenos del toro ya la faena no dio para mucho más, estaba hecha, y sobró el final.

Con el que cerró plaza, de nuevo en medio de una fuerte lluvia, salió a conseguir la puerta grande, y sí que la mereció, porque el toro no tenía clase y el fondo lo puso Ginés, a todo o nada. Se la jugó en los medios a pesar de que el toro buscó las tablas al rematar cada serie. Y la recompensa llegó con la muerte de un espadazo que puso en su mano la oreja que faltaba para irse también por la puerta grande, que era por donde tenía que salir.

Y nuevamente el presidente, que pareciera tener raseros diferentes, negó la oreja del cuarto de la tarde pedida por unanimidad para el colombiano Cristóbal Pardo, que debió conformarse con una clamorosa vuelta al ruedo, luego de una faena que fue subiendo de nivel y de emoción. Casi anónimo de capa, apenas una vistosa serpentina, y frío comienzo muleteril. Con el paso de las series fue llegando el entendimiento de los tiempos, los terrenos y las ventajas. En este toro había una y era el pitón izquierdo, que Pardo manejó con más destreza que temple, con más técnica que buen trazo; pero fue eficiente ligando las series y rematándolas. La espada quedó un poco desprendida, pero ayer a Garrido lo premiaron con una estocada igual.

En el primero de la tarde estuvo variado y serio con el capote, verónicas en el tercio, chicuelinas en el quite y larga a una mano de remate. También puso tres buenos pares, el tercero de escándalo al violín. De la faena poco por reseñar, solamente que el toro embistió sin clase y se apagó muy pronto, y Pardo no estuvo muy recursivo.

Ficha del Festejo

Manizales (Colombia), jueves 6 de enero de 2022. Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, justos de presentación, encastados y de diverso juego. El segundo, de nombre Despistado, número 608 y de 452 kilos, indultado. Aplaudidos tercero y cuarto. Pitados primero y quinto. Silenciado el sexto. Cristóbal Pardo, silencio y vuelta al ruedo tras fuerte petición; Emilio de Justo, dos orejas simbólicas y ovación con saludos; Ginés Marín, oreja y oreja. Saludó en el tercero Manuel Punta por sus pares de banderillas. Aplaudidas las varas de Clovis Velásquez en el segundo y de Luis Viloria, en el tercero. Entrada: Más de tres cuartos de aforo.

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