La Feria Taurina de Lenguazaque 2026 no será una más: será la edición que marque un antes y un después en la tauromaquia cundinamarquesa, con carteles internacionales de alto nivel, dos ganaderías de prestigio y, sobre todo, la primera alternativa otorgada en la historia del municipio, consagrando a un torero nacido en su propia tierra.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Arbeláez – Colombia. La Feria Taurina de Lenguazaque 2026 quedará inscrita con letras de oro en los anales del toreo colombiano. No solo por la solidez de sus carteles, ni por la categoría de sus ganaderías, sino porque el coso de Lenguazaque será testigo de un acontecimiento que trasciende lo artístico para convertirse en hecho histórico: la primera alternativa concedida en esta ciudad cundinamarquesa, símbolo de identidad, arraigo y proyección taurina.
Durante dos tardes de máxima expectación, Lenguazaque reunirá a toreros de Colombia, España, Perú y Venezuela, configurando una feria de marcado carácter internacional, equilibrada en estilos, escuelas y conceptos del toreo, con encastes que garantizan emoción, bravura y fondo.
SÁBADO 31 DE ENERO DE 2026: UNA ALTERNATIVA QUE NACE EN CASA
La primera cita será una tarde de profundo contenido simbólico. El colombiano Ramsés Ruiz, espada de corte serio y oficio contrastado, conocedor del toro nacional y de la responsabilidad que implica una tarde de estas dimensiones será el padrino de la ceremonia. Junto a él, desde España llega José Garrido, torero de poderosa estructura, valor probado y solvencia frente a ganaderías exigentes, llamado a ser eje de mando y referencia técnica del cartel. Pero todas las miradas convergerán en un nombre propio: Anderson Sánchez, hijo de Lenguazaque, quien tomará la alternativa en su tierra natal. Un hecho sin precedentes para el municipio, que ve cómo uno de los suyos cruza definitivamente la frontera entre novillero y matador de toros. No es solo un ascenso profesional; es la culminación de un proceso formativo, de una vocación forjada en plazas, tentaderos y sacrificios silenciosos, ahora legitimada por el rito mayor del toreo.
Los toros pertenecerán a la ganadería Ernesto Gutiérrez, de encaste propio, con raíces en Murube y Santa Coloma, propiedad de Don Miguel Gutiérrez. Se trata de un hierro reconocido por su seriedad, nobleza con transmisión y exigencia técnica, condiciones ideales para una tarde de alternativa donde el toro debe poner verdad y el torero demostrar jerarquía.
DOMINGO 01 DE FEBRERO DE 2026: TORERÍA CONTINENTAL Y PODER GANADERO
La segunda tarde elevará el listón con un cartel de amplio recorrido internacional. Abrirá plaza el colombiano Leandro de Andalucía, torero de concepto clásico y sensibilidad estética, capaz de templar y ligar cuando el toro se lo permite. Desde Perú llegará Joaquín Galdós, matador de madurez artística, lectura profunda de las faenas y una muleta de trazo largo y pulso firme. Cerrará el cartel el venezolano Jesús Enrique Colombo, figura del toreo americano, espada contundente, arrollador con el capote y dueño de un valor seco que conecta con los tendidos desde el primer lance.
La materia prima será responsabilidad de la ganadería Santa Bárbara, encaste Juan Pedro Domecq – Núñez, propiedad de Don Carlos Barbero, sinónimo de clase, repetición y ritmo. Un toro para el lucimiento, pero también para la inteligencia taurina, donde cada muletazo debe tener colocación, mando y profundidad.
LENGUAZAQUE Y SU LEGADO TAURINO
Esta feria no solo mira al presente, sino que dialoga con la historia. Con la alternativa de Anderson Sánchez, Lenguazaque suma su segundo matador de toros, siguiendo la huella de Manolo Rodríguez “Tutú”, quien tomara la alternativa en Chinácota, Santander. La diferencia es sustancial y emotiva: por primera vez, la ceremonia se consuma en suelo lenguzaqueño, consolidando a la plaza como escenario de acontecimientos mayores.
La Feria Taurina de Lenguazaque 2026 será recordada como la edición donde el pueblo se reconoció a sí mismo en el ruedo; donde el toro, la tradición y la identidad se alinearon para escribir una página definitiva. No es solo una feria: es la historia que marcará a Lenguazaque para siempre.
