Juan de Castilla, Torero Colombiano con Pantalones

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Herido, roza el triunfo en una complicada corrida de Dolores Aguirre

Redacción: Andrés Amorós el debate.com

Comienza la semana con una corrida torista de Dolores Aguirre, de encaste Atanasio. (Cuentan que eso es lo que recomendó a la ganadera su amigo Antonio Ordóñez ). Suelen ser altos, zancudos; pueden parecer flacos, aunque no lo sean. Los de esta tarde son serios pero dan un juego deslucido, complicado; sólo el segundo y el quinto sacan cierta nobleza.

El veterano Fernando Robleño no tiene opción alguna. Damián Castaño, especialista en esta ganadería, logra algunos momentos estéticos es su segunda faena y es ovacionado. El colombiano Juan de Castilla se entrega totalmente, sufre un percance y roza el triunfo.

Primera actuación de Fernando Robleño en su último San Isidro, pues ésta es la temporada de su despedida. Volverá el 7 de junio, con los toros de Adolfo Martín. Y, espero, en la Feria de Otoño, para despedirse de un público que le tiene mucho cariño. Es un buen lidiador, abrió la Puerta Grande con toros de Victorino Martín, ha dejado en el recuerdo grandes faenas. Su punto débil ha sido siempre la espada (no es alto): le ha hecho perder no pocos triunfos. También dirige la Escuela de Tauromaquia de Madrid.

Lo reciben esta tarde con merecidos aplausos. El primero, que rebasa los 600 kilos, es casi tan alto como él, sale abanto, le busca los pechos al caballo de picar, embiste muy deslucido. Robleño le da la lidia adecuada, que no puede ser brillante, salvo en alguna serie por la izquierda, sin bajar del todo la mano. No mata bien.

El cuarto mansea claramente, espera mucho, es probón, mide a los toreros: una prenda, dicen los castizos. Con gran mérito, deja un buen par Curro Javier. Se dobla bien Robleño pero el toro quiere irse, vuelve con peligro, saca sentido. Es un toro para machetear y matarlo. Lo hace con estocada baja y tres descabellos. No sé lo que algunos espectadores protestan. Otra tarde será.

El salmantino Damián Castaño le debe buena parte de su actual crédito a los toros de esta ganadería, con los que ha triunfado en Bilbao. Hace poco, ha sido el primero que ha matado seis toros de esta divisa. Creo que intenta hacer algo muy difícil: con toros duros, torear relajado y hasta desmayando la muleta. Si lo logra, pone al público en pie, pero no siempre es posible.

Protestan algunos el segundo toro, menos grande que el primero; además, flaquea. No se emplea en el caballo. En la muleta, es noblón pero dice poco, se queda a medio camino, igual que la faena de Castaño. Mata pronto.

El quinto, un bonito melocotón, aplaudido de salida, transmite más. Desde el comienzo, Damián, muy firme, le planta cara, conduce las embestidas, liga muletazos largos. El toro es cambiante, pronto saca su querencia a tablas. Castaño lo ha aprovechado para trazar muletazos meritorios; incluso, algunos, con cadencia. Pincha antes de la estocada y recibe una fuerte ovación.

El colombiano Juan de Castilla impresionó al público de Las Ventas por su valor sereno, auténtico. Su biografía tiene perfiles novelescos. Siendo ya matador, en Madrid, lo ha compaginado con su trabajo de repartidor, en una empresa de paquetería. Indultó un toro en Bogotá, alternando con Roca Rey.

Esta tarde, muestra su disposición desde el primer quite. El tercero sale abanto, no hace buena pelea en varas. Después de doblarse con él, le da distancia: el toro no obedece, lo arrolla y, en el ruedo, lo persigue con saña. Parece claro que ha sufrido un pitonazo en sus partes. Vuelve a la cara del toro con un pantalón corto gris, por encima del traje de luces: una escena que antes era frecuente pero hoy ya no lo es. Con el público entregado a su valor, se pelea a toma y daca con un toro de evidente peligro, en un trasteo de gran emoción. Se entrega al matar, logra la estocada pero el Presidente no concede la oreja: da la vuelta al ruedo y pasa a la enfermería.

Ha sufrido una herida de 15 centímetros en la espalda y otra, en el pene, donde le dan cuatro puntos. Sale para matar al sexto y se va a porta gayola, con un toro de 669 kilos, el de más peso de todo lo que va la Feria : se le para delante y, aun así, suelta la larga, con gran mérito. El torazo empuja en el peto sólo con un pitón; en la segunda vara, el picador marra. El toro se viene arriba en banderillas pero Iván García se luce, como siempre, con dos grandes pares. Brinda Juan al público, que está con él: el toro sale huyendo pero él lo persigue, aprovecha su huida para dibujar algún natural. La entrega del diestro es absoluta pero el toro se va a tablas. Allí, tragando mucho, le arranca algunos muletazos. A la segunda, deja media atravesada, que basta.

POSTDATA. Aunque persigan ahora allí la Fiesta, Colombia tiene una enorme tradición taurina. Baste con recordar algunas Plazas: Bogotá, Medellín, Manizales, Cartagena… Y algunos toreros: Pepe Cáceres, Joselillo de Colombia, Óscar Cruz, El Puno, El Cali, César Rincón…

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