La emoción se quedó por puertas en Las Ventas de Madrid
Redacción: Víctor Diusaba Rojas
Tarde larga y anodina, con plaza llena, sometida a la mansedumbre de los toros de Alcurrucén. Así, sin esperanza alguna de que las cosas pudieran cambiar, el marasmo se hizo general, a la espera del final.
Todo comenzó con capote templado, de manos bajas, de Sebastián Castella para recibir al primero, toro sin fondo y justo de fuerzas. Espada desprendida.
Ceñido quite por chicuelinas hizo Daniel Luque al segundo, toro correspondiente a Miguel Ángel Perera. El extremeño consiguió meter en su muleta al de Alcurrucén para edificar una faena limpia en los medios, exenta de emoción por la sosería del animal. Falló con la espada.
Al reservón tercero, Daniel Luque lo obligó a embestir con la capa. Igual tarea tuvo que hacer con el trapo rojo. Para ello se puso en corto y provocó, a regañadientes, los viajes de su enemigo.
El flojo y manso cuarto fue devuelto. Vino, a cambio, uno de Zacarías Moreno, ejemplar que humilló y al que el francés ligó en tandas que, por momentos, tuvieron emoción. Espada caída, ovación.
El quinto se rajó muy pronto, aunque luego aceptó moverse en el tercio. Eso sí, sin decir nada. Con el viento además en contra, Perera porfió, ante una plaza resignada y en silencio. Pinchazos.
El sexto tampoco transmitía Así, el turno pudo ser más trámite que otra cosa. Pero Daniel Luque hizo lo debido, apurar al manso hasta hacerlo parecer algo diferente a lo que en sí era. Entera.
Ficha de la corrida
Toros de Alcurrucén
Pesos: 545, 553, 567, 543, 594 y 551 kgrs
Manso y flojo, el primero. Soso fue el segundo. El tercero, reservón. El cuarto, se Zacarías Moreno, tuvo movilidad y humilló, palmas en el arrastre. El quinto, otro manso. El sexto, manso con movilidad.
Al reservón tercero, Daniel Luque lo obligó a embestir con la capa. Igual tarea tuvo que hacer con el trapo rojo. Para ello se puso en corto y provocó, a regañadientes, los viajes de su enemigo.
El flojo y manso cuarto fue devuelto. Vino, a cambio, uno de Zacarías Moreno, ejemplar que humilló y al que el francés ligó en tandas que, por momentos, tuvieron emoción. Espada caída, ovación.
El quinto se rajó muy pronto, aunque luego aceptó moverse en el tercio. Eso sí, sin decir nada. Con el viento además en contra, Perera porfió, ante una plaza resignada y en silencio. Pinchazos.
El sexto tampoco transmitía Así, el turno pudo ser más trámite que otra cosa. Pero Daniel Luque hizo lo debido, apurar al manso hasta hacerlo parecer algo diferente a lo que en sí era. Entera.
Ficha de la corrida
Toros de Alcurrucén
Pesos: 545, 553, 567, 543, 594 y 551 kgrs
Manso y flojo, el primero. Soso fue el segundo. El tercero, reservón. El cuarto, se Zacarías Moreno, tuvo movilidad y humilló, palmas en el arrastre. El quinto, otro manso. El sexto, manso con movilidad.