La Fiesta es el Toro

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Aguado con "Torbelllino" de Torrealta. Foto: Emilio Méndez, Suertematador
MADRID / 14ª SAN ISIDRO

Redacción: Jorge Arturo Díaz Reyes


Paco aguado corta oreja de un Torrealta. Silenciado Juan Ortega. Petardo de los juanpedros… 

Aguado con «Torbelllino» de Torrealta. Foto: Emilio Méndez, Suertematador


La tarde era del siete. La corrida cinqueña de Juan Pedro había sido toda protestada de salida. Los seis, y cinco en el arrastre. La falta de cuajo, fuerza y casta fueron inspiración para que el delicado tendido sacara todo su repertorio de linduras. El tatatá permanente, el ¡Toooro!, el miau, miau a cada lance, el ¡qué malo eres! a los picadores, el ¡novillero! Para los desaciertos matadores, y por supuesto los pitos en todas las claves.

Las aposturas de los dos artistas sevillanos no lograban sobreaguar al desgano, caídas y falta de emoción del encierro. Para completar el expediente, mataron mal, muy mal. Ortega descabelló al cuarto sin estoquearlo y Aguado por no ser menos al quinto. Hágame el favor. La plaza repleta veía naufragar su expectación y la soleada y cálida tarde (26 grados), entre la desilusión y el enojo.

En tal clima Salió “Torbellino”, negro, 575 kilos, de Torrealta que había remendado la corrida, también recibido con cajas destempladas. Las esperanzas eran mínimas. El lanceo inicial no tuvo brillo ninguno y las dos varas de Mario Benítez provocaron bronca y descalificación a gritos. Pero Iván García y El Víctor cumplieron su tercio con aplausos unánimes. Los primeros. Desde allí cambió todo.

Paco agarró su muleta, se fue al toro y engarzó tres derechas y tres trincheras alternadas, de mucho majeza, temple y avío. El siete no lo quería tragar, pero se calló. Entonces dos acompasadas tandas por el mismo lado con molinete y la última con desplante y toma del pitón fueron catarsis para los aplausos y oles reprimidos en toda la fracasada corrida. De allí en adelante se desbordaron. Olé y olé, porque la docilidad supina del juanpedro de origen fue igual por el pitón izquierdo dando lugar a la lentitud, la rima, el desmayo que solo así puede surgir. Si hubo objeciones, no se oyeron entre la batahola. El toreo bonito, sin fiereza, ni apremio que lo enturbie. Sin embargo, alcanzó a estallar tras un silbido, el ¡Puuum petardo! Como una constancia en medio del lirismo.

La cosa siguió por naturales rimados y jaleados hasta los tres ayudados por bajo entreverados con naturales que precedieron un estocadón letal de padre y señor mío. De todas maneras, el aplauso al arrastre y la oreja paseada en medio de una fiesta no pudo hacer olvidar la falta de imponencia, bravura y poder, que son condiciones sine qua non en Madrid. Y no solo para el siete, que lo estuvo recordando toda la tarde. La fiesta es el toro.

FICHA DEL FESTEJO

Sábado 24 de mayo 2025. Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sol. Cartel de “No hay billetes”. Seis toros de Juan Pedro Domecq, de poco remate, casta y fuerza, protestados de salida y arrastre. El sexto de Torrealta, noble, aplaudido en el arrastre
Juan Ortega, silencio, silencio y silencio tras aviso.
Pablo Aguado, silencio, saludo protestado y oreja. 

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