La corrida en Lenguazaque dejó una lección invaluable sobre la importancia de ejecutar cada labor con maestría. Desde las varas bien colocadas hasta los pares de banderillas espectaculares, la jornada estuvo marcada por la destreza, el coraje y la entrega de toreros y subalternos. Cada lidia evidenció que el rigor y el conocimiento profundo del toro son la clave del éxito en la tauromaquia.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez- www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Lenguazaque – Colombia. La segunda jornada taurina en Lenguazaque se convirtió en una demostración clara de que hacer las labores bien es el camino hacia la excelencia. Cada tercio tuvo momentos de brillantez y entrega, con toreros y subalternos entregados a su profesión y al respeto del ritual taurino.
En el primero toro de la tarde, William Torres colocó una vara excepcional, asentando la lidia desde el inicio. Con la capa, Arley Gutiérrez y Carlos Rodríguez estuvieron acertados, templando al burel con mando y suavidad. El tercio de banderillas fue de altísimo nivel, con Sebastián Vargas y Antonio Ferrera ejecutando pares de poder a poder y un soberbio remate a la calafia que desató la ovación del tendido.
Con el segundo toro, Reinario Bulla inició con una vara algo caída, pero supo rectificar, demostrando oficio. En banderillas, Iván Darío Giraldo no tuvo fortuna, pero Brian Valencia dejó un gran par, vibrante y certero.
El tercer toro dejó una estampa inolvidable con la espectacular vara de Edgar Arandia, quien aguantó la embestida con gallardía. Andrés Herrera manejó la brega con precisión y Jhon Jairo Suaza dejó un par eficaz, mientras que Brian Valencia, en esta ocasión, no tuvo la misma suerte.
El cuarto toro vivió un tercio de varas discreto, pero bien ejecutado por William Torres, quien recibió palmas del público. El matador asumió el tercio de banderillas con un tres en uno que incluyó un par a la Calafia, al violín y de poder a poder, logrando un momento emotivo que se quedó grabado en la afición. Carlos Rodríguez se lució en la brega y con quites prodigiosos.
El quinto toro mostró la valentía de Reinario Bulla, quien propinó una vara de mérito, soportando una embestida que lo llevó a los medios. En banderillas, Antonio Ferrera, Sebastián Vargas y Carlos Rodríguez dejaron pares magistrales. Este último sufrió una fuerte paliza, afortunadamente sin consecuencias graves.
Finalmente, en el sexto toro de la tarde, Edgar Arandia dejó otra vara de calidad. Jhon Jairo Suaza manejó correctamente la brega, y los pares de banderillas de Andrés Herrera y Brian Valencia estuvieron a la altura, siendo premiados con saludos montera en mano.
La corrida en Lenguazaque se convirtió en una cátedra de cómo la tauromaquia es un arte que exige precisión, entrega y respeto. Cada labor bien ejecutada dignifica la fiesta y en esta jornada, toreros, subalternos de a pie y picadores dieron muestra de su profesionalismo y amor por la lidia.