Mari Paz Vega anuncia su adiós a los ruedos: se retira la matadora que desafió el tiempo y los prejuicios
Después de 28 años de alternativa, la matadora malagueña Mari Paz Vega ha anunciado su retirada definitiva de los ruedos para la temporada 2026. Con ello, se cierra una de las trayectorias más longevas, discretas y valientes del toreo contemporáneo, marcada por la constancia, la dignidad y la lucha contra los estigmas de género en una profesión históricamente masculina.
Una carrera forjada en la resistencia
Nacida en Málaga en 1975, Mari Paz Vega tomó la alternativa en Cáceres en 1997. Desde entonces, ha recorrido plazas de España y América, destacando su histórica salida a hombros en la Monumental de México en 2011. Su carrera no estuvo marcada por el oropel mediático ni por el favor de las grandes ferias, sino por una perseverancia inquebrantable y una ética de trabajo que la mantuvo activa durante casi tres décadas.
“Te vas haciendo mayor y el toro siempre tiene la misma edad”, declaró recientemente, con la serenidad de quien ha comprendido el ritmo del tiempo y la exigencia del toro. A sus 50 años, y tras varias temporadas con menos contratos, ha decidido cerrar el ciclo con una temporada de despedida en 2026, diseñada por su primer apoderado, Lázaro Carmona Málaga.
Una despedida sin estridencias
Fiel a su estilo sobrio y alejado de los focos, Mari Paz no había planeado una gira de despedida. “Quería marcharme sin hacer ruido”, confesó. Sin embargo, la reaparición de Carmona en su vida profesional ha dado forma a una temporada final que buscará rendir homenaje a su legado, sin caer en la grandilocuencia, pero sí con la justicia que merece su historia TorosenelMundo.
En la rueda de prensa celebrada en el Hotel Elíseos de Málaga, la torera se mostró emocionada y agradecida. “Le he dedicado muchos años al mundo del toro, y ha llegado el momento de pensar en hacer otras cosas con mi vida. Nunca he perdido la ilusión, pero es el momento”, afirmó con voz firme.
Un legado silencioso pero profundo
Mari Paz Vega no solo ha sido una pionera por su condición de mujer en un mundo adverso, sino también por su forma de estar en la profesión: sin estridencias, sin victimismos, con una entrega total a la lidia. Su figura representa a esa tauromaquia de fondo, de lucha diaria, que no siempre ocupa titulares pero que sostiene la estructura del toreo.
Su retirada no solo marca el fin de una carrera, sino también el cierre de una etapa en la que las mujeres toreras han tenido que abrirse paso a fuerza de talento y resistencia. Mari Paz lo hizo sin alardes, pero con una coherencia que la convierte en referente.
El futuro tras la arena
Aunque no ha detallado sus planes post-taurinos, Mari Paz ha dejado entrever su deseo de explorar otras facetas de la vida, quizás alejadas del toro, pero seguramente marcadas por la misma pasión y disciplina que la llevaron a mantenerse en activo durante más de un cuarto de siglo.
Su despedida será, sin duda, un momento de reflexión para la tauromaquia: sobre el papel de la mujer, sobre la memoria de los que no ocuparon portadas pero sí plazas, y sobre la dignidad de quienes hicieron del toreo una forma de vida, no de espectáculo.
