La Tauromaquia Según Marco

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Foto Plaza 1

Redacción: Jorge Arturo Díaz Reyes

30 V 2025 MADRID / 19ª SAN ISIDRO

Marco Pérez da una vuelta al ruedo en su presentación con caballos a Las Ventas en solitario. Dispar pero serio encierro de Fuente Ymbro y El Freíxo…

En la historia del toreo hay quienes nacen figuras y a quienes hacen figuras. Quienes contra todas las desventajas y obstáculos conquistan la idolatría, y quienes la encuentran como una mesa servida. Hoy había en el cartel de Las Ventas un aire de lo segundo. Qué novillero de diecisiete años es presentado con caballos a Madrid, solitario, en medio de la feria más importante del mundo, con una selección de ganado (dos hierros de sangre Domecq) tan propicia en el papel y con tanta promoción y expectativa creada.

Eso, para bien o para mal pesó en la plaza. Mucho. Marcó la corrida. El sector puntero de la afición mundial, que se considera “el pueblo de Dios”, el elegido, el puro, el dueño del verbo, lo expresó de salida. Desde cuando el joven espada, corinto y oro viejo, pisó el tercio para saludar la ovación que le brindó la pletórica plaza por el gesto, no más deshecho el paseíllo. Braceaban como tenistas pidiéndole que se tapara. Y así fue toda la tarde, llegando la pugnacidad a su punto más dramático, durante la lidia del quinto utrero, “Boquiflojo”, de Fuente Ymbro, 538 kilos. Acosado de las protestas y tatatápor presunta posición fuera de cacho, Marco fue cogido en los medios, impresionantemente, mientras ligaba naturales en la cara misma del toro (que lo era por hechuras). Parecía cornada. Sin mirarse, volvió al terreno y a la infamada pelea para otros tres con la de cobrar, y otra cogida tan aparatosa como la primera. Dos en un minuto. ¿Fuera de cacho? Como en las viejas historias toreras de folletín. La heroica muerte rondando en medio de la incomprensión y el desprecio narcisista del monstruo de mil cabezas. Y entonces, la mayoría ofendida, respondió con altisonancia, formándose la confrontación de masas gritonas en las gradas. Y el muchacho abajo, frente al animalazo, en lo suyo, en el trivial empeño de jugarse la vida para la complacencia y atención del prójimo.

Esa fue la tónica. Pero por supuesto no fue lo único que signó el resultado. La falta de casta, mejor dicho, la noblota sosería de la mayor parte del encierro (el tercero fue un marrajo), que castraba la emoción, a pesar del valor y buenos oficios del novel, dejándola solo en empatía. Otra, fue la falta de cumplimiento en la suerte suprema. Que, con seguridad de haberla conseguido, le hubiese otorgado una holgada puerta grande. Lo cual era el propósito de unos y la angustia de los otros.

Y si se me permite, también, por que lo sentí, sin dejar de reconocer, la sinceridad del riesgo. Baste decir que los tres últimos los recibió a portagayola (o a lo que se le dice portagayola hoy en día, más allacito del tercio). Y los arrimones y largos encunamientos. Sin dejar de reconocer eso, digo, de andar siempre pisándole los terrenos a los toros, me pareció percibir en todo el que hacer, más preconcepción que inspiración. Factores estos sumados que impidieron a la tarde romper, o mejor dicho desbordar la pasión en la Monumental, como en verdad han logrado hacerlo en las ocasiones claves, las figuras innatas en la historia. Y esta lo era.

FICHA DEL FESTEJO

Viernes 30 de mayo 2025. Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sol. Cartel de “No hay billetes”. Seis utreros, 3 de Fuente Ymbro,  y 1, 4 y. 6 de El Freixo,

Marco Pérez, silencio, silencio, silencio, palmas tras aviso y petición de oreja, vuelta al ruedo, y saludo

Incidencias: Saludó Iván García tras parear el tercero

 

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