Cayetano matador de toros

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Cayetano se perfila frente al sexto

Cayetano tras acorazonadas faenas y estocadones frontales da dos vueltas al ruedo y se convierte en el protagonista de la ventosa tarde. El Juli desatinado con espada y Diego Ventura con el rejón. El encierro dio mucho que torear.

Cayetano, Saludó a la verónica sin mucha ligazón al inconstante tercero y luego se lo puso en suerte a Geniz por chicuelinas paseadas. Había un ventarrón que aumentaba el grado de dificultad, pero a la par cotizaba el temple. Así, dos tandas de a seis cada una, entre tablas y tercios. La primera, diestra y la otra natural fueron de alto precio ambas. Pero la pura de cinco naturales y el forzado en los medios la hubiese firmado su abuelo. El toro se desfondó pronto y de largo le obligó a una final de natural, trinchera, natural y firma, para luego tirarse a volapié, en corto y por derecho, dejando la espada en todo lo alto, rodando al animal y detonando una petición mayoritaria y ruidosa, qué si para Doña Anabel Moreno Muela, la suerte suprema fuese suprema por esta sola habría respondido al clamor. La vuelta fue obligada y agradecida.

Cerró la corrida con un muy serio castaño que se prodigó en varas más allá de sus reservas. Tras el brindis a Sevilla, sentado en el estribo le pasó tres veces y se tiró de rodillas, jugao en tres ayudado por alto, un molinete postrado imposible y un pase de pecho. La gente a juro con él, en las templadas tantas que se cortaban al clavar los pitones en la arena. Ya en el platillo, una gran serie derecha disparó la música. Dedo en boca la hizo callar, pero solo por un momento, pues tras la siguiente seria el desobedecieron. El toro se fue quedando, defendiendo y quitando hilván a la faena. Un pinchazo arriba y al espada toda letal dieron paso de nuevo a otra petición desatendida y a otra vuelta con prendas. La ovación cerrada cuando abandonaba el ruedo reiteró el afecto al dinástico y a todo lo que representa.

Al saltar el hondo segundo con esa prontitud y acometida quizá todos, incluido El Juli, pensaron que habría fiesta grande. Siete verónicas sedosas y dos medias con abandonada naturalidad lo confirmaron. Más, cuando en el primer ataque tumbó a José Antonio Barroso y se creció en los quites con cinco chicuelinas por El Juli y en el muy Cayetanista de dos tafalleras, dos cordobinas y una larga cambiada de pie que ya es como emblema de su hereditaria tauromaquia. El gasto energético aumentó en banderillas. Y encima El sabio Juli le castigó por bajo cuatro veces. La muleta flameaba tanto como las banderas. Y la faena dependía de si el gran “Cuarenta” resistiría. No lo hizo. Tras dos seguidillas de a cinco, se fatigó y se fue quedando, tardeando y llevándose lo que pudo haber sido y no fue. Para completar un pinchazo, una estocada trasera ineficaz, siete intentos des descabello y ovación al arrastre..

La otra faena, que mostró la suficiencia del veterano maestro pudiéndole a las desordenadas embestidas, quizá tocó más la cabeza de los aficionados a la buena lidia que el corazancito de los estetas, y hasta hubiese podido pelechar de no haber sido por la mala muerte. Pinchazo y tres crucetazos. Así se fue esta tarde el triunfador hasta hoy de la feria…

Diego Ventura, exhibió ocho hermosos caballos, a cual más torero y valiente. Lombrusco, Nazarí, Lío, Dólar, Remate, Joselito, Sueño y Bronce. Con ellos y su magía puso la Maestranza de pie en los dos turnos. La cosa hubiese podido ir de triunfo grande pese, o mejor juzgando la disparidad de sus toros. Uno bravo y el otro manso y él con ambos arriba. Quiso todo perfecto y se empeñó en clavar en la cruz, pinchando tres veces al primero y tres al cuarto, una con el rejón y dos con el descabello. Pero la que armó y su honradez no se olvidarán pronto. Así se lo expresó el llenazo en las dos ovaciones rotundas.

Los cuatro sorteados de Domingo Hernández, cuatreños, bien presentados, dos clorados, un negro y un castaño que arrojaron en báscula 539 kilos de promedio, dieron juegos distintos. El segundo fue un bravo y noble que pagó al final su celo y derroche de los primeros tercios, el tercero noble y rajadito, el quinto, áspero y el sexto noble y a menos. Los dos de Los Espartales, despuntados para rejones, uno galopador y el otro menos.

Corrida mixta de cartel postinero. La taquilla no dio abasto. El solo acompañó festivo, los toros dieron de sí. La tarde fue alegre. Sin pelo, sí. Pero eso a quién le importa.

FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Miércoles 8 de mayo de 2019. Plaza de la Maestranza. 8ª de Feria. Lleno total. Sol y viento fuerte. Cuatro toros de Domingo Hernández para lidia de a pie, bien presentados, de juego dispar y dos despuntados para rejones de Los Espartales, uno noble y otro manso.
Diego Ventura, saludo y saludo.
El Juli, silencio tras aviso y palmas.
Cayetano, vuelta tras petición y vuelta tras petición.

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