JUANGUI: TARDE DE SUSPENSO Y TERROR

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Redacción: Juan Guillermo Palacio

Corrida de emociones fuertes. No las que Cali pedía, de orejas y salidas en hombros. Esta, la de Salento, fue una corrida a la antigua, de  principios del siglo anterior, aunque a la colombiana.

Cali – Colombia. Tarde de truenos y relámpagos, lluvia con enormes goterones y un profundo y frío cielo gris. De ventisca y borrasca. De batallas épicas y cine negro.

Los saltillitos colombianos de Salento, armaditos, cárdenos, recogidos y ojiachinados, sacaron a relucir su genética, la historia, su carácter pendenciero. Ariscos, retadores, vivarachos, exigieron lidiadores, no jovencitos artistas. Corrida de banderilleros, que expusieron el pecho ante las dagas, y de otros que dieron la media vuelta y prefirieron huir. Tarde de gritos a favor del toro, pinchazos y avisos.

Un espadachín, mulato y con patillas de libertador, Luis Bolívar, fue, de los tres, el que plantó cara y propuso la mejor pelea. Al segundo toro lo logró someter por bajo a pesar de su intención permanente de huir. Al quinto, una sabandija, lo sometió después de una lucha larga y equilibrada, hasta que pudo declarar su superioridad. Faena de unipases rematados por alto, toreo de piernas y lidia pura, decimonónica. Pero el colombiano se pasó de faena y el genio del toro de Santa Coloma salió a relucir haciéndole imposible la suerte final.

Miguel Ángel Perera tuvo una tarde amarga. El primero, un guepardo ágil y veloz lo puso a sudar. Fue un toro con mucha duración, como el conejo desesperante de las baterías que no se cansa de andar y hacer bulla con los platillos y el tambor. Al final logró retenerlo y componerle tres series del toreo actual. Como también se pasó de faena, el Santa Coloma le pasó factura.

Al el segundo le cogió asco. Faena de trompicones y pocas series. Sin importar que era un espectáculo, decidió poner el punto final. Pero le salió caro. Escuchó los tres avisos y el toro se fue vivo al corral.

López Simón se fue otra vez inédito. Tuvo inicios ilusionantes, incluso con el sexto, que fue el toro menos agresivo. Pero era una corrida que exigía personalidades con más carácter. Pasó nuevamente desapercibido.

En la tarde no se cortaron orejas, solo se escucharon las trompetas. Al final a nadie le importó. El caleño es un pueblo obsesivo por las historias de vampiros y duendes, en su cinematografía y en la mitología popular. Le encantan las historias fuertes, las luchas épicas y los antagonistas que inspiran temor. Como los toros de Salento de hoy.

Síntesis del festejo:

Temporada 60 de la Feria de Cali, sábado 30 de diciembre del 2017. Quinta corrida. Lluvia al inicio con relámpagos y viento fuerte. Un tercio de plaza. Se lidiaron toros de Salento bien presentados en general, de acuerdo a las características del encaste (Santa Coloma de Ibarra con algo de saltillo). Encastados, con algunas dosis de mansedumbre, especialmente el primero, el segundo y el cuarto. Todos transmitieron sensación de peligro. Miguel Ángel Perera: 2 avisos y 3 avisos, silbatina. Luis Bolívar: palmas y ovación tras petición. Alberto López Simón: silencio y 1 aviso.

La Feria de Cali termina hoy domingo 31 con los toros de Juan Bernardo Caicedo para Sebastián Castella, Luis Bolívar y Andrés Roca Rey.

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