3ª de Cali: Bolívar Impone su Magisterio en Una Tarde Desigual

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Tarde de contrastes la vivida con toros de Ernesto Gutiérrez: la experiencia y torería de Luis Bolívar brillaron con luz propia, la desidia de Talavante provocó el enfado del público y la joven Olga Casado, desde la honradez y el pundonor, dignificó una jornada marcada por la irregularidad del ganado.

Redacción: Jerónimo Baquero Pardo

Cali – Colombia. La tarde fue un carrusel de emociones encontradas. Se lidió un encierro de Ernesto Gutiérrez que, si bien presentó ejemplares de nota por su nobleza y fijeza, adoleció de una casta justa que por momentos rozó la mansedumbre. Fue una jornada en la que se impuso la veteranía de Luis Bolívar, indignó la apatía de Talavante y la honradez de Olga Casado, frente a una papeleta compleja, terminó ganándose el respeto del respetable.

LUIS BOLÍVAR: MAGISTERIO Y ENTREGA

Luis Bolívar fue el triunfador moral de la tarde. Desde su primero, un toro bravo pero de casta medida, el colombiano dejó claras sus intenciones con dos largas cambiadas de hinojos. Su labor fue un compendio de torería y parsimonia, entendiendo a la perfección los terrenos y las querencias del astado. Lástima que el uso de la espada, dos estocadas, dejara el premio en palmas.

Con el cuarto, el mejor de su lote, Bolívar volvió a conectar con el tendido en una faena variada, seria y templada por ambos pitones, firmada desde la madurez y el oficio. De nuevo, dos estocadas enfriaron la opción de trofeo, pero recibió una calurosa ovación desde el tercio.

TALAVANTE: ENTRE LA INCÓGNITA Y LA BRONCA

La nota discordante la puso Alejandro Talavante. Su primero fue un toro bravo, que acudía de largo, pero el extremeño nunca logró acoplarse. La falta de porfía y decisión acabó desatando una bronca monumental tras un feo espadazo que hizo guardia.

En el quinto, un manso rajado, mostró algo más de disposición, pero la escasa materia prima y una suerte suprema poco ortodoxa silenciaron definitivamente su labor tras un aviso. Una tarde para el olvido del torero de Badajoz.

OLGA CASADO: PUNDONOR Y “AGUA DE POZO SECO”

La joven Olga Casado dejó una gratísima impresión por su actitud. Al tercero, un manso huidizo, lo saludó con un quite capotero de exquisita factura. Con la muleta hizo lo imposible: sacó agua de un pozo seco a base de honradez y pundonor, logrando muletazos de notable calado que el público supo valorar. Pese a que el acero no entró y sonaron los tres avisos, la plaza la obligó a saludar con fuerza.

El cierre fue accidentado. Su sexto titular fue devuelto por invalidez y en su lugar salió un sobrero de Juan Bernardo Caicedo. El bis fue un ejemplar encastado, con arreones y muchas teclas, ante el cual la novillera no logró el acoplamiento deseado. Tras fallar con los aceros, se marchó en silencio, pero con la frente muy alta.

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