El encuentro novilleril celebrado en Une (Cundinamarca) dejó en evidencia la alta nota de casta y bravura de los erales de Garzón Hermanos, así como la impronta inconfundible del hierro de Punta Umbría con el sello de la línea Buendía, refrendando el serio y comprometido esfuerzo de la empresa TauroGestión y el elevado nivel técnico y artístico de los novilleros, en una tarde marcada por la épica del agua, la emoción de la lidia y la verdad desnuda del toreo.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Une – Colombia. Bajo un cielo que descargó con furia y un albero convertido en espejo de heroicidades, se celebró un encuentro novilleril que dejó hondas sensaciones de futuro, esperanza y autenticidad. La materia prima fue de alto interés ganadero: los erales de Garzón Hermanos, de clara vocación brava y temperamento encastado, y los de Punta Umbría, con el sello propio de la línea Buendía, aportaron ese fondo genético que solo se revela cuando el torero expone y el animal responde.
Los ejemplares de Garzón Hermanos, en conjunto, fueron el pilar de la emoción. El primero, noble, bravo y encastado, aunque por las condiciones del albero no se pudo definir la profundidad de la clase, abrió plaza con transmisión y fondo de raza. El segundo mostró bravura, nobleza, fijeza y encaste, lo que exigió oficio y sometimiento. El quinto, quizá, y todos los asistentes coincidieron, el más armónico del encierro, fue bravo, noble, fijo y verdaderamente enclasado, mereciendo con justicia la vuelta al ruedo, como reconocimiento a su casta y a su entrega. Novillos con motor, con transmisión y con esa aspereza justa que obliga al novillero a cruzarse y a mandar.
Por su parte, los ejemplares de Punta Umbría, con la impronta de la línea Buendía, enseñaron esa mezcla de temperamento y movilidad tan característica. El tercero, encastado y noble, aunque distraído y desclasado, evidenció limitaciones en la bravura. El cuarto, noble, bravo y fijo, fue noble, bravo y fijo en su inicio, pero se vino a menos, dejando el poso de lo que pudo ser y no terminó de cuajar. El sexto sostuvo la emoción. En conjunto, un lote que pidió sitio, pulso y conocimiento para extraerle lo mejor de sus embestidas.
En el ruedo, la tarde tuvo nombre propio en el valor de los novilleros y en el mérito de la empresa TauroGestión, el Señor alcalde Don Álvaro Gómez Rico, que apostaron por un cartel internacional de formación, abriendo puertas al relevo generacional y manteniendo viva la liturgia de la novillada como semillero del toreo grande. No fue solo un festejo, fue una declaración de principios: sin base, no hay catedral.
Desde España, Manolo Martínez, de la Escuela Taurina de Málaga, dejó ver su sello a la verónica: lenta, templada, con brazos al compás del embroque. Con la muleta inició irregular, pero cuando entendió el son del eral hilvanó una faena firme, de trazo limpio y criterio, cimentada principalmente por el pitón derecho. Bajo un aguacero torrencial, mostró personalidad sin aspavientos, dejando una estocada algo desprendida que no le restó mérito a su entrega. Dos orejas al esportón como premio a su verdad.
El francés Manuel Fuentes, de la Escuela Taurina de Arles, se expresó en capa con personalidad, verónicas de gusto y empaque. Con la franela construyó una faena interesante por ambos pitones, con torería y buen concepto, pero la espada le negó el triunfo. El paso del tiempo y los tres recados de Usía dejaron constancia de que el arte, sin acero, pierde su justa recompensa.
Arias Samper, de la Escuela Taurina El Citar, estuvo discreto con el capote, abriendo caminos con oficio. Con la muleta dejó pasajes de mucho interés, tandas de gusto y muletazos con intención, pero el eral, que se vino pronto a menos, le obligó a abreviar. La suerte suprema no estuvo de su lado. Un aviso y una vuelta al ruedo premiaron su actitud y su lectura de la lidia.
Joao María Rodríguez, de la Escuela Taurina de Moita, Portugal, dejó claro ese pellizco del torero ortodoxo que entiende el arte desde la verticalidad y la pureza. Con el capote abrió camino al eral con buenas formas. Con la muleta, pese a momentos de irregularidad, cuando se acopló dejó tandas de gran factura por ambos pitones, con temple, pulso y mando. Dejó tres cuartos de acero en sitio efectivo y cortó una oreja de peso, labrada con concepto y verdad.
El colombiano Sebastián Jiménez, de la Escuela Taurina de Une, defendió con orgullo el pabellón nacional. Lanceó bien al de Garzón Hermanos, que de salida evidenció extraordinarias condiciones de clase y bravura. Con la muleta construyó una faena de alto interés, basada en la mano diestra, pero fue al final, al natural, donde encumbró al burel, sacando a la luz la excelente condición de un eral de hechuras y comportamiento notables. Estocada sin puntilla y dos orejas al esportón, con el albero convertido en escenario de consagración.
Juan Miguel Sánchez, de la Escuela Taurina de Aguascalientes, México, firmó un auténtico recital de variedad. Verónicas de gran factura y chicuelinas muy ceñidas marcaron su inicio. Con la muleta realizó una faena estructurada, firme y con sentido. Dos pinchazos y una estocada desprendida no empañaron la impresión general, y el clamor popular obligó a la Presidencia a conceder dos orejas por lo compacto y sólido de su obra.
La empresa TauroGestión merece mención aparte. Su esfuerzo por congregar escuelas de distintos países, su apuesta por la casta ganadera y su firme convicción de que el futuro del toreo se construye desde la base, quedaron patentes en una tarde que fue más que un festejo: fue un manifiesto.
Al final, el jurado compuesto por los maestros de las escuelas participantes eligieron como Triunfador del Encuentro Novilleril a Joao María Rodríguez (Portugal), reconociendo no solo la estadística de los trofeos, sino el concepto expresado en su interpretación del buen toreo.
Quedó claro que, cuando hay erales con raza, empresas con compromiso y novilleros con alma, el toreo sigue teniendo razón de ser: verdad, emoción y esperanza.
Ficha del Festejo:
Domingo, 7 de diciembre de 2025 – 1er Encuentro Internacional de Novilleros sin Picadores, celebrado en Une (Cundinamarca). Se lidiaron erales de Garzón Hermanos y Punta Umbría, bien presentados e interesante juego. Manolo Martínez: Dos orejas. Manuel Fuentes: silencio tras tres avisos. Arias Samper: Vuelta al ruedo. Joao María Rodríguez: Oreja. Sebastián Jiménez: Dos orejas. Juan Miguel Sánchez: Dos orejas. Incidencias: Durante la lidia del primero de la tarde se desató un aguacero torrencial que, pese a dejar el ruedo enlodado y encharcado, no impidió la continuación del festejo. El cuarto, quinto y sexto ejemplares no fueron banderilleados debido a las manifiestas dificultades del piso, que complicaban la labor de los hombres de plata. El eral de Garzón Hermanos lidiado en quinto lugar, de extraordinaria condición, fue justamente premiado con la vuelta al ruedo. El público regresó a los tendidos al iniciarse la lidia del tercer ejemplar.























