Tarde Redonda en Lajas: Tres Estilos, un Solo Triunfo

0
188

La Feria de San Antonio de Padua comenzó por todo lo alto con una corrida en la que el arte, la entrega y la emoción se dieron cita ante un lleno absoluto. El encierro de San José del Monte ofreció un juego notable, con ejemplares de nobleza destacada como el quinto, que fue indultado. La terna —Emilio Serna, Juan Leal y Juan de Castilla— respondió con creces, protagonizando una tarde de triunfos compartidos y toreo de altura.

Juan de Castilla: técnica y temple colombiano

El diestro paisa firmó una de las faenas más serias de la tarde ante un tercero con fondo y transmisión. Con muletazos bien rematados, de trazo largo y firmeza en las plantas, tejió una labor medida y profunda que le valió las dos orejas. Frente al sexto, un astado más deslucido, mostró actitud y profesionalismo, siendo ovacionado por su disposición sin recompensa. Su paso por Lajas reafirma el momento sólido que atraviesa y consolida su proyección internacional.

Juan de Castilla deslumbra en Lajas con temple y madurez

Juan de Castilla firmó una jornada triunfal, fue quien dejó una huella profunda con una faena de arquitectura seria y torería madura.

Una faena de peso y profundidad

Juan de Castilla se enfrentó a un tercer toro con ritmo y calidad, al que entendió desde el primer cite. Sin prisas ni alardes, hilvanó una faena sobria y templada, basada en la ligazón y el mando. Cada muletazo fue una declaración de principios: técnica depurada, sensibilidad y una lectura precisa del toro. La estocada, certera y en su sitio, rubricó una obra que le valió las dos orejas y el reconocimiento unánime del público.

Profesionalismo ante la adversidad

El sexto toro, más áspero y sin entrega, no permitió el lucimiento. Sin embargo, Juan de Castilla no se descompuso. Se mantuvo firme, insistente y digno, demostrando que su madurez no depende del triunfo fácil, sino de su actitud frente a la dificultad. Fue ovacionado por su entrega sin recompensa, en una lección de profesionalismo y respeto al público.

Un colombiano en plenitud

La actuación en Lajas confirma el gran momento que atraviesa el torero paisa. Ya no es una promesa: es una realidad consolidada. Su paso por plazas europeas y americanas ha forjado un estilo sobrio, profundo y auténtico, que conecta con públicos diversos. En un cartel de alto nivel, no solo no desentonó, sino que elevó su perfil, mostrando que está listo para mayores compromisos internacionales.

Juan Leal: verdad y emoción con un toro de bandera

El francés dejó una impronta arrolladora. Al segundo, le arrancó una oreja tras una faena de entrega absoluta. Pero fue en el quinto —toro de gran clase y nobleza— donde alcanzó la cima. Lo toreó con hondura y exposición, provocando una comunión plena con los tendidos. La faena, de alto voltaje emocional, culminó con el indulto del astado y dos orejas simbólicas. Leal salió a hombros como el gran protagonista de la jornada, dejando claro por qué es uno de los nombres más vibrantes del escalafón.

Emilio Serna: elegancia y oficio con el cuarto

El murciano supo sacar lo mejor de su lote. Al primero le exprimió cuanto tuvo, siendo ovacionado. Pero fue en el cuarto donde brilló con luz propia. Lo condujo con temple, suavidad y ritmo, en una faena sobria que caló en los tendidos. Paseó las dos orejas tras una estocada efectiva, confirmando su conocimiento del encaste y su capacidad para conectar con la afición peruana, que siempre le ha mostrado cariño

Dejar respuesta