El fuerte aguacero que cayó sobre Villapinzón obligó a suspender la corrida de feria debido al anegamiento total del ruedo. La empresa y las autoridades trabajan para reprogramarla el próximo domingo, manteniendo el mismo cartel, los hierros anunciados y la ilusión intacta.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez – www.enelcallejon.co/ – Web Aliada
Villapinzón – Colombia. La Fiesta Brava en Villapinzón vivió este fin de semana una de esas jornadas que deja huella no por lo acontecido en el ruedo, sino por la fuerza implacable de la naturaleza. Un torrencial aguacero, persistente y sin tregua, convirtió el albero en una superficie impracticable, forzando la suspensión de la corrida de feria, prevista como uno de los actos más solemnes del calendario taurino de la región.
La tarde estaba llamada a tener un alto contenido ganadero, con la lidia de ejemplares de los hierros de Achury, San Rafael y Las Ventas del Espíritu Santo, ganaderías que despertaban máxima expectación por la bravura, trapío y presentación de sus reses. Sin embargo, la realidad del clima se impuso. El ruedo terminó completamente anegado, el drenaje colapsó ante el volumen de agua, y los informes técnicos fueron concluyentes: era inviable e irresponsable intentar el desarrollo del festejo, tanto por la seguridad de los actuantes como por la integridad de los ejemplares.
En los tendidos se vivía un ambiente de ilusión contenida. Entre los asistentes se destacó la presencia del maestro César Rincón, quien había llevado un toro de su reconocida divisa, gesto que engrandecía el cartel y aportaba un significado especial a la jornada. Igualmente, fue recibida con respeto y admiración la presencia del banderillero vallecaucano Ricardo Santana, quien mostró una notable recuperación tras la grave cornada sufrida en enero de este año en Manizales, generando un emotivo reconocimiento entre profesionales y aficionados.
El festejo contemplaba una atractiva combinación de rejoneo y toreo a pie, fórmula que había despertado enorme interés entre los aficionados. Abría plaza a caballo don Andrés Ruiz, caballero rejoneador que se aprestaba a lucir la doma, la reunión y la templada ejecución de las suertes desde el caballo.
En el toreo a pie, el cartel estaba conformado por una nómina variada y de gran atractivo artístico: Manuel Libardo, Paco Céspedes, Moreno Muñoz, Leandro de Andalucía, y cerrando plaza David Martínez, todos dispuestos a imprimir personalidad, temple y concepto frente a un encierro que prometía emociones fuertes y técnica depurada.
La decisión de suspender el festejo fue adoptada con responsabilidad, primando el rigor técnico y el respeto por los cánones de la tauromaquia. El estado del ruedo no ofrecía garantías mínimas para la ejecución de las suertes con la solemnidad y seguridad que exige la liturgia taurina.
Según ha trascendido, la corrida podría celebrarse el próximo domingo, manteniendo la estructura del cartel y los compromisos adquiridos. De confirmarse, Villapinzón tendrá una segunda oportunidad de vivir una tarde grande, con el albero en condiciones, el ganado en plenitud y los toreros listos para convertir la adversidad en una auténtica cita histórica.
La suspensión no apaga la afición; por el contrario, la fortalece. Villapinzón se prepara ahora para transformar la lluvia en esperanza y el aplazamiento en una promesa intacta de arte, valor y tradición.
