Tres Mujeres en el Ruedo: Un Histórico Paseíllo

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Tres mujeres en el ruedo: un histórico paseíllo

Por primera vez en la Feria de Salamanca tres toreras compartieron cartel y soñaron con la grandeza de la Fiesta en un mundo de hombres: «Nadie nos lo impide»

Redacción: ALICIA P. VELARDE SALAMANCA

Cuando un torero pisa el albero, sólo hay un toro, un capote, el miedo y la responsabilidad. Y eso no entiende de sexos, edades o nombres. Habitualmente, ese momento lo protagonizan hombres y son pocas las valientes que deciden adentrarse en los abismos de un ruedo, con todo lo que ello conlleva. Esa imagen cambió por completo el pasado fin de semana en la plaza de toros de Salamanca. Léa Vicens, Raquel Martín y Olga Casado trenzaban el paseíllo en una inusual imagen.

Cada una llevaba a sus espaldas sus carreras, sus esfuerzos, sus sueños y su lucha en un mundo tan difícil. Luchan con las mismas armas, con su verdad, capacidad y entreno, porque viven por y para el toro, ese que pone a cada uno en su sitio, sin entender de nada que no sea la total entrega. «El toreo es talento, valor, capacidad…», así lo entiende Léa Vicens. «Por eso, yo no he sufrido nunca machismo, y de eso ya no hay en el mundo del toro. Mis compañeros ven la cantidad de horas que paso entrenándome, los caballos que domo, y eso lo respetan y te valoran». ¿Y por qué hay tan pocas mujeres? Léa tiene la respuesta: «A lo mejor a ellas no les apetece meterse en esto; es muy sacrificado. No es porque el hombre les diga que no. Nosotras no tenemos trabas, es porque hay que ser muy raro para meterse en esto, y siendo mujer, más rara todavía».

Olga Casado no entiende por qué no hay más chicas. Como decía Vicens, «ningún hombre lo impide», y «no sé por qué no se quieren dedicar a querer ser torero, porque yo soy mujer y yo sí que me quiero dedicar a ello. Es mi sueño, mi pasión. Es un mundo muy duro, muy difícil, muy ingrato, casi imposible… Pero yo como mujer sí lo estoy intentando, y voy hasta el final». Comenta que torea «con hombres siempre, quitando en Salamanca. No creo que sea una profesión de hombres y mujeres, sino de toreros». Lo mismo piensa Léa: «Los toreros se deben valorar por su talento, no por su género».

«En las estadísticas somos poquitas, quizás porque se ha visto poco la imagen de una mujer en el ruedo, y a lo mejor se atreven menos chicas a querer dar el paso», dice al respecto Raquel Martín,

que tampoco ha visto discriminación alguna. Desde que empezó en la escuela taurina de Salamanca, tras ver una corrida en Santander en 2017, siempre ha sido una alumna más. «Al final todos estamos en la misma lucha, por el mismo sueño, y no creo que tengamos que tener trato de favor ni muchísimo menos, como tampoco lo tenemos en contra», explica. Recuerda a las mujeres toreras que han abierto el camino a las que ahora intentan caminar en él, y, gracias a eso, «hoy día se valora lo que se hace en el ruedo. Creo que somos respetadas como cualquier otro novillero y yo estoy muy orgullosa de ello».

La pregunta de una niña

Aunque este año las cosas estén funcionando bien, siempre se pide un poco más. «Las novilladas están limitadas y es difícil para todos, no sólo para nosotras. Siempre he considerado que soy una más del escalafón». Muchos empezaron como ella: sus padres son aficionados y desde pequeña ha ido a los toros. «Pero le voy a contar una anécdota: tengo un hermano tres años menor que yo, y cuando éramos pequeños, el que quería ser torero y el que se disfrazaba era él. A mí me gustaba un montón, y lo disfrutaba, pero no lo vivía tan intensamente». En aquella tarde en el coso de Cuatro Caminos, algo cambió para Raquel, que se empezó hacer una pregunta: «¿Por qué una persona se pone delante de un toro, aún sabiendo el riesgo que tiene? Para mí el valor que tenía un torero cobraba otro sentido, y yo quería descubrir ese sentimiento que

alberga alguien delante de un toro. Entonces fue cuando pedí a mis padres que me dejaran apuntarme a la escuela».

Algo más tarde le entró el veneno taurino a Léa. Estaba ya estudiando la carrera, con las ideas muy claras: «Tenía una meta muy nítida: trabajar en parques naturales y ser veterinaria de animales grandes, en parques de África». Pero el toro cambió esos planes: «Asistí a una corrida en Nimes y me entró magia en el cuerpo. Primero estudié y me formé, y luego empecé con este reto. Yo creo que es fundamental tener estudios. En la vida y en el toreo». Y entonces decidió ser rejoneadora, por su amor a los caballos: «Casi antes de caminar ya estaba en un caballo. Son mi pasión, mi refugio, mi todo».

Por su admiración al toro comenzó Olga Casado: «Mi pasión nace por el amor al propio animal y ya ahí intenté investigar». Además, su familia nada tenía que ver con la tauromaquia: «Mi madre veía a veces algunas novilladas en mi pueblo, y a mi padre no le gustaban los toros». El día de su dieciséis cumpleaños, se apuntó a la escuela taurina El Yiyo, «y hasta ahora». Gracias a eso, sus padres se han acercado a la Fiesta con otra visión: «Ahora mi madre es mucho más aficionada. Ve novilladas, corridas… ¡Se conoce a todo el mundo, vaya! Y a mi padre ya sí le gustan los toros».

Para la amazona francesa la principal diferencia entre el toreo a caballo y a pie es que «quizá hay más trabajo en el rejoneo. Yo entreno todos los días del año con todos los caballos (catorce al día)». Pero luego tiene su recompensa, como ocurrió con el primer toro de Sánchez y Sánchez en Salamanca, al que cortó una oreja: «Disfruto cuando ya me abandono, el caballo se expresa, y paso a verlo muy fácil todo. Ahí hay como una unión entre público, caballo, toro, y yo misma como jefe de orquesta. Esos momentos son muy difíciles de explicar, porque son sentimientos». La segunda fue una faena más de aficionados

Léa Vicens «El feminismo extremista en Europa está muy politizado. No me uno a esa forma de feminismo»

Raquel Martín «Siempre me dicen que publique más cosas en las redes, pero no soy influencer: soy novillera»

Olga Casado «Es un mundo muy duro, casi imposible… Pero yo sí lo estoy intentando y voy hasta el final»

por las condiciones del parado astado, «y en esas faenas hay que resolver las complicaciones con técnica, pero cuando todo fluye, ahí torea tu alma».

También disfrutó del ambiente Raquel Martín: «Fue muy bonita la acogida en el público, con muchísimo cariño». «Sentí que hubo bastante gente en la plaza que se interesó por vernos torear», piensa también Casado, que, además, abrió la puerta grande, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo. «Cuando me dijeron el cartel, yo estaba feliz de hacer el paseíllo en la Glorieta, una plaza con tanta historia, que ha visto torear tantísimas veces a El Viti, Capea, Robles… Una plaza muy seria y muy importante». La gente esperaba en la puerta de cuadrillas para pedirles fotos. Y las tres posaban sonrientes con quienes se les acercaban. Después, llegaba el momento de liarse el capote. Miguel Abellán ayudaba a Casado con esa labor, mientras las tres se concentraban en sus pensamientos.

La temporada de las tres está siendo muy positiva: Léa, además de ser ya fija en Las Ventas, ha sido la primera mujer en torear en Pamplona. Madrid es ahora el objetivo de Olga, que debutará el día de la Hispanidad, en el festival homenaje a Antoñete, rodeada de historia de la tauromaquia, si bien es cierto que ella ya se ha acartelado con figuras. El festejo de Salamanca ha sido de los pocos en los que ha compartido cartel con los de su escalafón, en este caso, con Raquel. «Estoy muy contenta de que el maestro Morante quisiera contar conmigo para un día tan especial, con figuras del toreo ya retiradas, que yo personalmente en vivo nunca las he visto torear. Me siento muy afortunada de estar acartelada con ellos y poderlos ver por lo menos una vez en la vida». Pablo Hermoso, Curro Vázquez, Rincón, Ponce, Aparicio y el de La Puebla conforman el cartel. «Como ya pasara en Vistalegre (cortó un rabo), daré lo mejor de mí. No sé qué pasará, pero sueño muchas noches con lo que pueda suceder».

Lo que para Casado ya es una realidad, lo sueña Raquel: el cigarrero sería su padrino anhelado para la alternativa, aunque todavía le falte un tiempo: «Aunque ahora lo tengamos todos en boca y esté echando la mejor temporada de su vida, siempre he sido muy de Morante. Desde el principio ha sido un torero que me ha inspirado mucho, me ha llenado, y ojalá llegara a ser una décima parte de lo que está consiguiendo el maestro en el toreo». Bonitas medias dibujó, largos pases de pecho y buena técnica para arrancar una oreja a su parado lote de Montalvo: «Entreno todos los días para aprovechar cada oportunidad. Lo que me quita el sueño es torear despacio, torear bien, que al final es lo que me llena». Raquel, tan seria en el ruedo, comentaba por la mañana entre risas que, pese a ser una joven de su tiempo, no le gustaban mucho las redes sociales. «Siempre me dicen que tengo que publicar más cosas, pero yo no soy influencer, soy novillera», decía con su punto de timidez una novillera que defiende la igualdad de oportunidades, ganándoselas una a una.

Verdadero feminismo

Tres mujeres que tienen las ideas muy claras y que defienden un feminismo de verdad, cada una con sus armas y entregando su vida a su pasión. «No me convence el neofeminismo que hoy vemos», subraya Vicens. «Es más en contra del hombre que en defensa de las mujeres. Además, yo estoy implicada en peleas feministas, pero a nivel más profundo, de esas mujeres que no tienen derecho a nada en otros países. Pero el fondo del feminismo extremista en Europa está muy politizado, y yo no me uno a esta forma de feminismo». Para Olga, el feminismo bien entendido debe ser sinónimo de «meritocracia y de valores». Hombre y mujer somos distintos «en cuanto a lo emocional, a lo físico… Y eso es por naturaleza. No somos iguales. Pero sí en cuanto a derechos y oportunidades. Esa siempre es mi manera de definir el feminismo». Salamanca fue el escenario de una imagen histórica: tres mujeres trenzando el paseíllo. Sin embargo, debajo de esos capotes liados de paseo, habitaban la misma ilusión, el mismo miedo y la misma hambre de triunfo que en otros compañeros. Es el de las patas negras el que pone siempre a cada uno en su sitio.

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