Galdós en el Desierto

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Redacción: Jorge Arturo Díaz Reyes, Foto: Camilo Díaz – Cali, Colombia, XII 27 2025

El peruano con notables lidias de mansos, pincha la segunda oreja de uno y se hace ovacionar en el otro. Román y Zulueta naufragan junto con el encierro de triste presentación… 

Lo que son las cosas. La ganadería triunfadora del año pasado, reaparece mostrando la cara oculta del Santa Coloma y pegando un petardo. Además de lo anovillada, terciada, edad desconocida, y romana en el margen de la ley; mansa, floja y sin siquiera el genio propio de su raza.

Solo ahí, negándose, parándose, defendiéndose, exasperando. Cinco se fueron pitados en el arrastre, abroncado el sexto, de cuerna descomunal, que compensó con ella las miserias de todas las otras, y con esas sus guadañas cogió a Dixon, sembrando el pánico y haciéndose dueño del ruedo.

El segundo, fue descubierto, no usemos la muletilla de “inventado”, que también, porque fue lo que pareció. Joaquín Galdós, cuando nadie creía, devolvió la fe. Predicando para qué es la lidia. Tauromaquia para Dummies, podría titularse la lección que impartió. Eso tan sencillo, desentrañar virtudes recónditas, contrarrestar defectos, e imponer autoridad para crear arte. Eso nada más, con certeza, paciencia, convicción y compromiso. Lo hizo dos veces, con el segundo y con el cuarto. Algún despistado saldría a decir. Es que fueron los menos malos. No hay tal. Fue la lidia y la torería.

Los dos primeros tercios del segundo, fueron una pega. Negado a los capotes en principio, tras la vara de Torres, brilló aislada una media verónica de postín como una promesa. En banderillas oficiosas ni fu ni fa. Mal íbamos.

Pero Joaquín creyó. Tanto, que lo brindó a la sufrida, escasa y sorprendida feligresía. Genuflexo en terreno jurisdiccional, como predicaba don Domingo Ortega, se dobló siete veces, elegante, domando los descompuestos e inciertos arreones de “Santana”. Parecía mentira, pero lo fue metiendo en la panza y llevando y llevando a donde quería y rematándolo con derecha, costadillo, cambio de mano y pecho. La gente estalló. Qué importaba el esmirriamiento de los 444 kilitos y una edad inimaginable ya que en esta feria, contra dogma y reglamento se le ha ocultado al público, en planilla, tablillas y pancartas de ruedo. No importó nada, solo la aparición de lo esencial en el toreo, la imposición del hombre sobre la naturaleza

Bueno, y era solo el intróito, de allí en adelante mandó la muleta, cada vez más y más. De a cuatro en redondo por la diestra, una, dos, tres tandas con sus broches galanos. Mucho poso. El pasodoble se peleaba el aire con los oles. Y cinco naturales, molinete, costado, molinete y pecho ligados fueron la toma total del poder. Seis naturales de distinta factura y el por alto. Tres ayudados bajos y otro por arriba igualaron a toro y público. Solo media espada, tendida, trasera pero letal nubló el triunfo. Como si fuera poco, el puntillero levantó al muerto, cuando el presidente ya había sacado el pañuelo orejero, pero volvió a caer y salvo el dislate.

Con el quinto más áspero pero no menos manso y rajado, siguió por lo mismo; lidiador, pero sin lograr el dominio ni el aseo muleteril dignos del pelo, que una estocada honda hizo creer posible para unos pocos parciales. La ovación fue suficiente.

Entre Román, el valiente Román de los miuras en Madrid, desconocido ante sus pocacosa esta tarde, y la incipiente tauromaquia del sevillano Javier Zulueta, terminaron repartiéndose seis avisos, tres silencios y una bronca (al segundo), en sus cuatro turnos. Finiquitados cada uno, angustiosamente, matando a crucetazo venteado contra el reloj.

El joven sevillano, tuvo que vérselas con el marrajo playero que tan malamente cerró la segunda de feria, al cual liquidó con un bajonazo de comisaría, tras dos pinchazos tirados, desatando la ira popular.

FICHA DEL FESTEJO

Cali. Sábado diciembre 27 2025. Plaza de Cañaveralejo. 2ª de feria.  Poco público, un tercio de plaza. Seis toros de Campo Real, anovillados, mansos y flojos. Aplaudido el 2º.
Román, silencio tras dos aviso y silencio tras dos avisos.
Joaquín Galdós, oreja y saludo tras leve petición.
Javier Zulueta, silencio tras dos avisos y bronca
Incidencias: Saludaron Anthony Dixon y Juan David Ortiz tras parear al 3°.

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