Marco Pérez se lleva la tarde inaugural de Cali

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RIA DEL SEÑOR DE LOS CRISTALES
Marco Pérez se lleva la tarde inaugural de la feria de Cali

 

Redacción: Paulo Andrés Sánchez Gil
El joven torero charro pasea la única oreja de la tarde frente a una corrida de Juan Bernardo Caicedo a la que le faltó clase
Una solitaria oreja para Marco Pérez fue el balance de la corrida que abrió la feria de Cali. Hubo que esperar hasta el sexto para que la terna no se fuera de vacío. A ese sexto lo lanceó el joven salmantino de rodillas para el recibo, pero no remató el tercio con igual firmeza. Con la muleta le costó más y el manejo de los tiempos aún es materia de estudio. Muy recursivo y variado con las suertes, y aunque faltó solidez en el libreto, alegró la tarde con su frescura. Pinchazo y espadazo entero.

Al tercero lo toreó en corto con poderío, estética y alcanzó hondura; en la larga distancia aún tiene «precipitud». Está claro que a Marco Pérez le gusta torear bonito y cuando el toro acomete, aunque sea con la sosería con que lo hizo Sombrerito, sabe cómo enroscárselo a su cintura y seducir a la afición. Los años le darán el poso; por ahora la juventud le da el arrojo y los pies. Pinchazo y estocada de lento efecto. El toro fue premiado con una vuelta al ruedo que salvó la irregular tarde de la divisa.

Sebastián Castella no tuvo suerte con el peor lote de la tarde pero su oficio siempre le permite no pasar desapercibido. Al cuarto, que brindó a Ricardo Santana, en uno de los momentos emotivos de la tarde, había que darle sitio por defensivo para que se fuera tras la muleta y eso consiguió Castella. Paciencia y sapiencia se acompasaron en una faena que no caló muy hondo en el tendido a pesar de la porfía del torero. Carácter de Castella, decepción de Juan Bernardo Caicedo. El impresentable primero no le dio opciones, pitado desde la salida y hasta el arrastre. Apenas permitió el decoroso saludo del francés.

Juan de Castilla, en el segundo, hizo alarde de clasicismo, toreando con desenfado y hasta desparpajo a un toro que le faltó clase. Consiguió algunas series con poderío y temple. No era gran reto para Juan, que viene de fajarse con las corridas más duras en España y Francia. Faltó a la faena lo que de transmisión y claridad faltó al toro.

Los mansitos de Juan Bernardo Caicedo son un caramelo para Juan de Castilla y casi cualquier cosa con la muleta adelante y la figura ligeramente compuesta se jalea en Cañaveralejo. El quinto no era el toro para el lucimiento, aunque se dejó torear. Una oreja hubiera podido cortar de no haber desacertado tanto con la espada y malograr con ello el esfuerzo realizado.

Cali (Colombia), viernes 26 de diciembre de 2025. Toros de Juan Bernardo Caicedo, justos de presentación, de variado comportamiento y poca clase. El tercero, de nombre Sombrerito, de 490 kilos, fue premiado con la vuelta al ruedo. Sebastián Castella, silencio y silencio; Juan de Castilla, silencio y silencio tras aviso; Marco Pérez, ovación con saludos tras aviso y oreja. Saludaron tras sus pares al tercero Emerson Pineda e Iván Darío Giraldo «El Pino».

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