La estadística completa de Morante en Madrid: todas las corridas que ha toreado y las orejas cortadas

Morante nunca ha sido un torero de números. Sería obsceno resumir la carrera del genio en cifras. Pero, sin embargo, resulta curioso cotejarlas con los momentos que cada cual guarda en el disco duro de su retina particular. La historia nos dice que el torero de La Puebla del Río ha hecho un total de 52 paseíllos como matador en Madrid desde que confirmara su doctorado, en la Feria de San Isidro de 1998, hasta la inolvidable jornada del pasado domingo.

De este más de medio centenar de tardes, cuatro de ellas las llevó a cabo en las temporadas 2009 y 2022, que han sido los ejercicios con más paseíllos en Las Ventas, mientras que, además de 2020, año de la pandemia, el torero se ausentó del coso madrileño en 2005, 2016, 2018 y 2019.

Todas las orejas de Morante en Madrid

Una docena de orejas ha paseado Morante por el ruedo de Las Ventas. La primera, el 24 de mayo de 2001, en la que ha sido una de sus tardes más completas en este coso. De hecho, ese día, después de pasear una oreja de un ‘atanasio’ de Javier Pérez Tabernero, pudo cortar las dos de un sobrero del mismo hierro pero de encaste graciliano que entonces tenía esta ganadería, un toro de nombre “Divertido” al que cuajó maravillosamente y quiso matar recibiendo, suerte en la que encontró hueso hasta en dos ocasiones.

Cinco años después, ya con estatus de figura, volvió a reencontrarse con el triunfo en esta plaza al cortar una oreja de un toro de El Pilar en la desaparecida Feria del Aniversario, una tarde con hasta cuatro sobreros que levantó Morante en el quinto astado. Un año después, en la Corrida de Beneficencia vivió una tarde inolvidable, Una corrida como único espada que no transcurría por el sendero del éxito precisamente, hasta que Morante fue cogido por el quinto de Sorando. Se fue a la enfermería, remató el toro el sobresaliente Alejandro Castro, y después de más de media hora de demora, volvió el de La Puebla al ruedo para cuajar una obra memorable a un toro de Cuvillo al que además banderilleó. De esa tarde son famosas las imágenes con el ruedo sembrado de sombreros durante y al final de la lidia, una estampa propia de otros tiempos.

En 2008 cortó dos orejas en dos tardes distintas. La primera el 23 de mayo en una tarde pasada por agua y la otra el 4 de junio, la tarde de la confirmación de Cayetano. Al año siguiente tiene lugar una de sus actuaciones más recordadas en este coso, su encuentro con “Alboroto”, de Juan Pedro Domecq, al que cuajó soberanamente con el capote. Fue tan grande el impacto que Morante le cortó una oreja a pesar de que el animal, exprimido en los primeros tercios, sólo duró una serie con la muleta.

Doce años tardó el cigarrero en volver a pasear un trofeo en este coso. Fue el día de El Pilar de 2021 al toro de Alcurrucén que abrió plaza, un animal con fiereza y temperamento, al que sometió y dominó el torero en una obra hermosamente descrita, usando su muleta de suave látigo para dominar a un toro al que parecía estar acariciando. En la Beneficencia de 2022 cortó otra oreja a un toro de esta misma ganadería por una faena sublime, quizá la mejor realizada por este torero en Madrid hasta entonces. Si no fue premiada con el doble trofeo fue por la tardanza del animal en doblar. Y de ahí llegamos a esta temporada, un año histórico de Morante, que tuvo Madrid como epicentro. Porque aparte de las dos Puertas Grandes, cuajó la mejor faena de San Isidro, y seguramente la mejor de su carrera en esta plaza, al toro “Seminarista” de Garcigrande. Una obra de dos orejas que la tardanza del toro en morir y un calamitoso error presidencial dejaron sin premio a pesar de la petición.

Hay faenas en estos 25 años que tampoco tuvieron premio y perviven sin embargo en la memoria colectiva del aficionado, como aquella de 2003 a un sobrero de Astolfi vestido de blanco y azabache, con un bordado muy mexicano, o esa otra tarde de competencia en quites con Daniel Luque, en la Beneficencia del año 2010, también con un terno de esta misma tonalidad, pero distinto dibujo. Momentos sublimes, que forman parte de la historia de esta plaza y de la trayectoria de este torero irrepetible. Bienaventurados nosotros por haberlos vivido.