Tenexac: Bravura y Clase

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Redacción: Erick Cuatepotzo Varela – burladero.tv

Llegar a Tenexac, enclavada en Terrenate, Tlaxcala, es un viaje al pasado, es el camino nostálgico a un tiempo que se ha detenido en este sitio considerado Patrimonio Histórico de la Nación Mexicana. Surgió en la época de auge de la hacienda como unidad económica, cuya principal actividad era la producción y venta del pulque, una bebida alcohólica obtenida a base de fermentación del agua miel producida por el raspado del maguey, una planta endémica del Estado de Tlaxcala. Los antiguos indígenas de Tlaxcala que hablaban náhuatl, ya producían pulque cuando llegó Hernán Cortez y sus aliados a formar la gran alianza con los señores de Tlaxcallan, ya desde esa época la fusión del indio y el español, del náhuatl y el castellano sirvieron de crisol para una hacienda de señores españoles con amor por el náhuatl.

Heriberto Lanfranchi, en su libro Historia del Toro Bravo Mexicano, remite la fundación de la Ganadería de Tenexac al año de 1960, con diez vacas y un semental de Piedras Negras, esta ultima ganadería, considerada ganadería madre en México, se fundó con sangre de Pablo Benjumea, Murube, Miura y Marqués de Saltillo. Fue Don Sabino Yano Sánchez, quien da a Tenexac el nombre y el manejo de una línea muy conservada en lo “piedras”, de toros compactos, ágiles y bravos, entrados en carnes, inicialmente sin tanta “cabeza” y de color cárdeno de manera predominante. Tenexac lidia por primera vez en Huamantla el 15 de agosto de 1963, una novillada para el mano a mano de Jorge Riveroll y Pedro Julio Jiménez. Debuta en la Plaza México el 12 de junio de 1977 para la novillada que mataron Alfredo Gómez “El Brillante”, Benjamín Magallanes y Mario Escobedo “El Regio”.

La época de consolidación de Tenexac se da en manos de los hermanos Sabino y Paz, ambos de apellidos Yano Bretón, quienes le dan identidad, tipo y autenticidad a los toros que siempre que salen a la plaza son nombrados en náhuatl, por tradición familiar, como signo tlaxcalteca inconfundible. A la muerte de Sabino Yano Bretón, el manejo de la ganadería queda en manos de Paz Yano Bretón y su hijo Santiago Villanueva Yano, quienes conservan los criterios de selección aprendidos por generaciones. Cuando se les pregunta a madre e hijo por la búsqueda de una identidad de la ganadería “Pacita” contesta pronto y sin soltar la taza de café: “bravura”, Santiago, el hijo, replica: “clase”.

Los “Tenexac” no son toros fáciles, tienen la complicación de la bravura, esa incomodidad que hace que los toreros no se permitan errores y si los tienen vuelan pronto del suelo. Una deficiencia en la colocación, un error en las distancias, un titubeo en los toques y los de Tenexac “echan mano” del torero, acota Paz Yano: “no son toros de recorte, ni de molinetes”. Los toreros que le pueden a los Tenexac, deben estar preparados y hacer el toreo con el ingrediente principal del valor como medio para la expresión estética.

Madre e hijo, han logrado en los últimos años, una línea de toros mejorada, superando las practicas de alimentación y evitando con sabiduría los efectos negativos de la consanguinidad. Los toros son fuertes e imponentes de tipo, han ganado en cornamenta y la bravura sigue siendo el sello de la casa. La siguiente evaluación de bravura de Tenexac será el próximo domingo en la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, si la Guadalajara Mexicana. Oscar Rodríguez, Pepe Murillo y David Galván, se encontrarán con los Tenexac de tierra tlaxcalteca, el 23 de febrero venidero, la afición tapatía tendrá el esperado binomio del trapío y la bravura, la fusión de los deseos de una madre y su hijo para los toros que crían: bravura y clase. Esta corrida, es sin duda, una de esas fechas para aficionados, para los toristas en el tendido, las emociones están aseguradas, las que producen la bravura y la presencia. Bien vale la pena recorrer los 644 kilómetros que separan Jalisco de Tlaxcala, siete horas y media en auto, para este sínodo de la fiereza.

Por el bien de la afición mexicana, existe Guadalajara, por el bien de la bravura y la clase existe Tenexac, patrimonio taurino de la afición de verdad.

 

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