José Antonio Ruge Bolívar: Herencia de Casta

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El fallecimiento del Dr. José Antonio Ruge Bolívar deja una huella profunda en la vida pública de Lenguazaque y en la historia taurina de la región: administrador íntegro, alcalde visionario y defensor irreductible de la fiesta brava, cuya obra y legado familiar trascienden el tiempo y la plaza.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Morawww.enelcallejon.co/ – Web Aliada

Arbeláez – Colombia.  La tauromaquia colombiana, y en particular la afición cundinamarquesa, se encuentra de luto tras la partida del Dr. José Antonio Ruge Bolívar, hombre de sólida estirpe moral, servidor público ejemplar y promotor sin fisuras de la fiesta de los toros, que supo conjugar con naturalidad el rigor administrativo y la pasión taurina heredada como un valor cultural irrenunciable.

Su nombre quedó inscrito con letras firmes en la historia de Lenguazaque, municipio al que sirvió desde distintos frentes de la administración pública y, de manera destacada, como alcalde, cargo desde el cual ejerció un liderazgo sereno, visionario y comprometido con el desarrollo social, cultural y patrimonial de su pueblo. Fue desde esa responsabilidad institucional donde dio uno de los pasos más audaces y trascendentes para la afición local: impulsar el proyecto del coliseo municipal, concebido desde su origen como un escenario multifuncional que incluyera, dentro de su gran diseño, el uso como plaza de toros. Un sueño que, aunque aún no ha sido materializado plenamente en su vocación taurina, permanece como testimonio de su visión adelantada y de su fe en la fiesta como expresión cultural legítima.

Pero el Dr. Ruge Bolívar no fue únicamente un gestor de infraestructura ni un político sensible a las tradiciones: fue un hombre de hechos, un aficionado cabal que entendió que la tauromaquia se defiende con formación, apoyo y futuro. En esa línea, apadrinó a Manolo Rodríguez “Tutu”, acompañándolo con decisión y convicción en el camino que lo llevó a convertirse en matador de toros, gesto que revela no solo su compromiso con la fiesta, sino su profundo respeto por el oficio y por quienes deciden jugarse la vida en la arena.

Ese mismo espíritu lo condujo a fundar la Escuela Taurina, espacio de formación y transmisión de valores taurinos que en su momento estuvo bajo la dirección de Hernando Gómez Díaz, y que representó una apuesta clara por la cantera, por la técnica, por el conocimiento del toro y por el relevo generacional. Para el Dr. Ruge Bolívar, la tauromaquia no era improvisación ni folclor vacío: era disciplina, ética, cultura y responsabilidad.

En lo humano y familiar, deja un legado igualmente sólido. Su vida pública estuvo siempre respaldada por una familia unida, discreta y firme, a la que hoy se dirige el abrazo solidario de toda la afición. A sus hermanos, a su esposa y a sus hijos, así como a quienes compartieron con él su amor por la fiesta, www.enelcallejon.co y www.voayalostoros les transmiten su pesar, elevando deseos fervorosos para que la tierra le sea leve y su memoria perdure como ejemplo de coherencia, lealtad y afición verdadera.

El Dr. José Antonio Ruge Bolívar se va cuando la tauromaquia atraviesa tiempos complejos, pero su vida demuestra que la defensa de la fiesta se hace con dignidad, argumentos y trabajo, desde la plaza, desde la escuela y también desde la administración pública. Su legado no es solo recuerdo: es compromiso para quienes creen que la fiesta brava es cultura viva y herencia que se honra con hechos.

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